Trece fiscales de Sala pidiendo su dimisión, en un acto que rompe con el respeto que deben tanto a la Institución a la que sirven, como a los ciudadanos y a la democracia a la que se deben. Con este modo de proceder, estos fiscales no solo atentan contra los valores democráticos e institucionales que dicen querer preservar, sino que someten al Ministerio Fiscal a la tensión insoportable a la que la carta se refiere, pues expresa lo mismo que los medios con posiciones próximas a la oposición política al Gobierno vienen manteniendo cada día, convirtiéndose sus autores en actores políticos, lo que no les corresponde como funcionarios públicos.