El edificio que alberga a la Federación Húngara de Trabajadores del Metal en Budapest retrotrae a los tiempos del comunismo. Desde la caída de la República Popular en 1989, la izquierda ha estado apartada del poder y es ahora residual en el reino del ultraderechista Viktor Orbán. Ese fue el motivo por el que el Partido de la Izquierda Europea (PIE) decidió celebrar allí un foro político, que coincidió con la presencia de los líderes de los 27 en la capital para la celebración de una cumbre informal en el marco de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. El escenario elegido por el Gobierno húngaro fue radicalmente distinto: el moderno estadio Puskás Aréna, para mayor gloria del pasado futbolístico de Orbán.