Europa se moviliza de urgencia ante la negociación bilateral de Trump y Putin sobre Ucrania

Los principales líderes europeos se reúnen en París ante el ninguneo de Trump, que pretende dejar a la UE y Zelenski fuera de la negociación que marcará el futuro de Ucrania. El secretario general de la OTAN, que se ha alineado hasta ahora con Washington, también está invitado

Macron convoca de urgencia a líderes europeos para planear la estrategia en Ucrania

Los líderes europeos se movilizan de urgencia ante el ninguneo de Donald Trump, que pretende negociar de forma bilateral con Vladímir Putin el futuro de Ucrania. La tensión se disparó la semana pasada cuando EEUU aprovechó una reunión del grupo de apoyo a Ucrania en los márgenes de la OTAN para fijar un nuevo marco de cara a unas hipotéticas negociaciones que cogieron forma inmediatamente después con una llamada entre Trump y Putin. La UE y Volodímir Zelenski vieron inmediatamente la jugada: Washington y Moscú pretendían dejarles al margen. Y el temor se confirmó este fin de semana, cuando el enviado de Trump para la guerra de Ucrania, Keith Kellogg, rechazó que la UE esté en la mesa y trascendiera la intención de la Casa Blanca y el Kremlin de que las conversaciones se limiten a Trump y Putin.

El argumento de Washington es que incluir a los europeos en la negociación la condena al fracaso. “Parte del problema que vimos en Minsk II es que había mucha gente en la mesa”, expresó este sábado Kellog sobre el acuerdo rubricado en 2015, tras la anexión de Crimea y la ocupación del Donbás, en el que participaron Rusia, Alemania, Francia, Bielorrusia y supervisó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Lo que sostiene EEUU es que la posterior invasión rusa demostró el fiasco de aquel proceso. La reunión que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, iba a mantener ese lunes por la mañana con el enviado estadounidense para Ucrania se ha pospuesto al martes, según fuentes comunitarias. El encuentro, por tanto, será después de la ‘minicumbre’ de urgencia auspiciada por Emmanuel Macron en París.

Lo cierto es que al mismo tiempo que EEUU, a través del secretario de Defensa, Pete Hegseth, debilitaba la capacidad negociadora de Kiev al reconocer que tendría que renunciar a sus fronteras anteriores a 2014 y asumir que la entrada en la OTAN no sería un escenario “realista” en el marco de un acuerdo de paz, Trump planteaba a Zelenski un acuerdo comercial a cambio de su apoyo económico y militar: controlar el 50% de las tierras raras del país. Según Financial Times, el Gobierno ucraniano descartó el acuerdo por la ausencia de garantías de seguridad para el futuro.

Y es que para Ucrania una parte sustancial para el día después de la guerra es que los aliados le ofrezcan un paraguas de seguridad. Su escenario ideal es la entrada en la OTAN, que supondría que un nuevo ataque de Rusia sería interpretado como un golpe a toda la alianza, que respondería en consecuencia, tal y como establece el artículo 5 del Tratado de Washington. Pero EEUU ya ha dicho que no y, en todo caso, nadie piensa en que pudiera ser una solución plausible en el corto o medio plazo. De ahí que el propio Zelenski haya hecho otras peticiones, como la formación de un ejército europeo. Eso serviría, además, según Zelenski, para que EEUU se tome en serio al viejo continente.

Una digestión difícil para la UE

Tanto el ninguneo de Trump ante unas negociaciones inminente –Washington y Moscú trabajan en un encuentro de Trump y Putin esta semana en Arabia Saudí– como la preparación del día después estará sobre la mesa de los líderes europeos a la que asistirán, además del anfitrión Macron, Pedro Sánchez, Olaf Scholz (Alemania), Donald Tusk (Polonia), Giorgia Meloni (Italia), Mette Frederiksen (Dinamarca) y Keir Starmer (Reino Unido). También asistirán Von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y el secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, que hasta ahora ha cerrado filas con EEUU en su cambio de rumbo respecto a Ucrania.

Una de las propuestas que ha planteado el presidente Macron es que haya tropas aliadas en la frontera entre Ucrania y Rusia para garantizar la paz. El plan divide a la UE –Sánchez, por ejemplo, lo descartó– y EEUU también ha dejado claro que no participarían ni sus soldados ni otros en nombre de la OTAN.

Pero pensar en el día después por parte de la UE forma parte de la difícil digestión que está suponiendo la tensión con la Administración Trump, que ha llevado a las relaciones transatlánticas a su momento más delicado. Si antes había supeditación de Europa a EEUU en materia de seguridad, ahora hay un menosprecio total por parte de Washington.

“Ninguna decisión sobre Ucrania sin Ucrania; ninguna decisión sobre Europa sin Europa”, clamó Zelenski en la Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich. Ese ha sido el mantra de todos los dirigentes europeos durante ese cónclave en el que EEUU dejó claro que no cuenta con la UE para la negociación y ni siquiera pretende que Kiev a la altura de Rusia en la negociación.

“Nos dirigimos a toda velocidad hacia el desastre”

Algunos de los líderes europeos presentes en la cita han aprovechado para hacer el paralelismo histórico de las actuales pretensiones de Trump con los Acuerdos de Múnich de 1938, cuando se cedió a Alemania un territorio de Checoslovaquia. “Tenemos un agresor en nuestra puerta con la intención de tomar la tierra que no es suya. Y los negociadores, no nosotros, ya están cediendo sus bazas de negociación antes incluso de que las negociaciones hayan comenzado”, dijo la alta representante, Kaja Kallas, en referencia a la rebaja de las exigencias que explicitó el secretario de Defensa de EEUU: “Es una táctica desastrosa y nos dirigimos a toda velocidad hacia el desastre”.

“Los tiempos son diferentes. Los ucranianos no se rendirán en silencio. Son firmes y no van a renunciar a su libertad y a su territorio”, apostilló estonia, que recordó que la independencia de su país se produjo porque “Occidente se mantuvo firme”. “Hoy siento que Europa también es firme. No hay Chamberlains ni Daladiers en esta sala”, afirmó la jefa de la diplomacia europea sobre los dirigentes que llegaron al acuerdo sobre Checoslovaquia. La cuestión es que Trump ha pasado pantalla respecto a Europa.

“Como turista me gusta mucho este lugar”, expresó en X el primer ministro polaco, Donald Tusk, en referencia a Múnich: “Gente agradable, cerveza perfecta, Pinacoteca increíble. Como historiador y político lo único que puedo decir hoy es: Múnich nunca más”.

Pero el pulso de Trump no sólo tiene que ver con Ucrania y una recomposición del tablero geopolítico ante el acercamiento a Putin sino que la amenaza se cierne en el plano económico con un recrudecimiento de la guerra comercial cuyo valor por ahora es incalculable dado que no ha especificado a qué sectores quiere castigar ni en qué medida. La UE sigue diciendo que no se quedará sin respuesta, pero por ahora no ha dado detalles de cómo pretende reaccionar, al menos a la imposición de aranceles al aluminio y el acero, que en 2018 conllevaron tasas europeas a productos como el Bourbon o las Harley-Davidson.

En lo político, también el nuevo Gobierno estadounidense supone un desafío para la UE. Además del apoyo del magnate Elon Musk, a la ultraderecha alemana, que Bruselas investiga si va más allá de su opinión personal o si está utilizando su red social X en su favor ante las elecciones del 23 de febrero, el vicepresidente de EEUU, JD Vance, hizo una dura crítica a las democracias europeas durante su intervención en la Conferencia de Múnich. Así, cuestionó la anulación de las elecciones presidenciales en Rumanía tras el triunfo del ultraderechista Calin Georgescu por una presunta injerencia rusa o el “cordón sanitario” que se aplica en el continente a las fuerzas ultras, aunque se ha empezado a resquebrajar. El resto de fuerzas alemanas, desde el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, hasta el candidato conservador, Friedrich Merz, cargaron contra las “intromisiones” del vicepresidente en la política del país.