La Audiencia de Madrid rechaza la petición del Ayuntamiento de la capital de condenar a dos personas señaladas por varios policías como autores de los disturbios y entiende que el testimonio de los policías no es suficientemente creíble
Archivo – Disturbios en Lavapiés al morir un mantero de un infarto tras una persecución policial
Los tribunales han rechazado el último recurso del Ayuntamiento de Madrid y han confirmado la absolución de dos personas acusadas de agredir a policías y quemar contenedores en los disturbios de 2018 en Lavapiés tras la muerte del senegalés Mame Mbaye. La Audiencia Provincial de la capital ratifica que la declaración de los antidisturbios que afirmaron haberles visto embozados con pañuelos palestinos y gorros no son suficientes para imponerles una condena de prisión. Otros dos jóvenes ya aceptaron en 2021 un año de cárcel tras reconocer su papel en estos disturbios y, entre otras cosas, haber pegado a un policía con un adoquín.
Decenas de personas se concentraron en el barrio madrileño de Lavapiés pocas horas después de la muerte de Mbaye. El joven senegalés que se desplomó en la calle del Oso después más de un kilómetro de huida a la carrera de la Policía Municipal desde la Plaza Mayor donde estaba vendiendo perfumes junto con otros manteros. La investigación desveló que el fallecido tenía una “patología cardíaca estructural” que provocó su muerte y vecinos y colectivos antirracistas se lanzaron a la calle para protestar contra una persecución policial que, entendían, había desencadenado la muerte del mantero.
Los disturbios se sucedieron durante varios días en diversas zonas del barrio con cargas policiales, lanzamientos de objetos y quema de contenedores, con cinco personas detenidas que quedaron en libertad poco después. Un primer proceso judicial contra dos jóvenes acabó con una conformidad: ambos aceptaron sendas condenas de un año de prisión tras reconocer que participaron en “numerosos incidentes”, la quema de contenedores o los destrozos en un parquímetro y varias sucursales bancarias de la calle Argumosa. Uno agredió a un policía con un adoquín y el otro a un segundo agente con varios manotazos.
Un segundo procedimiento judicial se dirigió contra un hombre y una mujer a los que varios agentes habían identificado como parte del grupo que protagonizó los disturbios. La Fiscalía les acusó bajo la afirmación de haber sido reconocidos “ocultando sus rostros” en la calle Santa Isabel con un gorro y un palestino. Los policías, incluso, afirmaron que el hombre les había agredido cuando habían intentado identificar llegando a provocar lesiones en uno de los antidisturbios.
Un juzgado de lo penal de la calle Julián Camarillo optó por absolver a ambos en una decisión que acaba de ser ratificada por la Audiencia Provincial de Madrid. La declaración de los policías, explican los magistrados, “no se estimaba suficiente para fundamentar un pronunciamiento condenatorio”. El recurso que buscaba su condena en segunda instancia era del Ayuntamiento de Madrid, que se quejaba de que el juzgado había tenido más en cuenta las declaraciones de otros testigos por encima de las de los agentes antidisturbios. A lo largo del proceso los jueces han cuestionado la legitimación activa del consistorio para acusar a los dos por “un delito de atentado contra un policía nacional”.
La Fiscalía pasó de acusar a los dos a impugnar el recurso del consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida, que finalmente ha desistido y no ha llevado esta absolución hasta el Tribunal Supremo. El juzgado de lo penal, después de que el proceso tuviera que repetirse tras una reclamación de la defensa, dejó claro que el testimonio de los policías nacionales no era suficiente: “Hay datos o indicios que hacen dudar de la identificación que realizaron los policías”, dijo esa primera sentencia ahora confirmada.
Esa primera resolución revela, dice “lo endeble de la identificación” ya que las “prendas oscuras” por las que les identificaron “son utilizados por la gran mayoría de jóvenes”. En esas situaciones “de alta tensión, nerviosismo y caos”, reconoció el juzgado, “es posible y admisible que se produjera una equivocación por parte de los agentes”.
Las sentencias del caso han dado más credibilidad a la versión de los dos acusados y absueltos: que estaban caminando por el barrio ayudando a una persona a buscar un perro que se había perdido. Así lo ratificó el dueño del perro y también varios testigos que iban con ellos, además de un periodista que presenció el altercado. “Uno de los policías me insultó llamándome puto retrasado de mierda”, relató uno de los acusados. Los policías dieron una versión distinta: que le dijeron que iba a ser detenido y que entonces “trató de huir y propinó una patada y un cabezazo al jefe del operativo”.