La mayoría de nosotros hemos sentido alguna vez al leer un libro una sensación de calma, de consuelo, de alivio. De alguna manera, lo que ocurría en el libro, sus personajes, sus emociones, lograban conectar profundamente con lo que nosotros mismos estábamos viviendo en la realidad, reflejando nuestras propias dudas y deseos e incluso dándonos la clave para resolver nuestros problemas.