Las puertas del número 8 de la calle Modesto Lafuente, en Madrid, se dividen en dos modalidades claras, casi antagónicas. Por un lado, las que mantienen la normalidad, aquellas que dan entrada a un hogar. Por otro, las que tienen una pequeña cartela a modo de recordatorio o aviso indicando que se han instalado alarmas . Estas últimas son las que corresponden a las viviendas de vecinos que ya se han marchado del bloque, después de recibir un burofax de la propiedad comunicando que no les renuevan el contrato de alquiler. O los que se han ido antes incluso, temerosos ante la difícil situación que están experimentando los residentes de este edificio en el corazón de Chamberí.