Los 27 aprobarán el 16º paquete de sanciones coincidiendo con el aniversario de la invasión de Ucrania e incluyen la prohibición de importar aluminio de Rusia. Hungría, que suele ser el país que bloquea estas decisiones, lo ha avalado porque se han aceptado algunas de sus exigencias
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La UE ha acordado el 16º paquete de sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania. La decisión, prevista para hacerla coincidir con el aniversario de la invasión, coincide con el inicio de las negociaciones entre Donald Trump y Vladímir Putin, que han sentado como un jarro de agua fría en Bruselas por la exclusión del club comunitario así como de Kiev. Entre las sanciones, se encuentra la prohibición de importar aluminio de Rusia en un momento en el que ese material tendrá de nuevo aranceles de EEUU, así como el acero.
El paquete profundiza en las medidas para evitar que Moscú consiga escapar de las sanciones incluyendo otros 73 buques de la denominada “flota fantasma” que ayuda a ese país a esquivar las restricciones del petróleo. Igualmente, añaden once puertos y aeropuertos rusos para evitar que se salten limitación del precio del petróleo y otras sanciones impuestas por la UE a los productos procedentes de ese país.
Otros trece bancos serán exluidos del sistema bancario internacional SWIFT y se prohíben las transacciones financieras con otras tres instituciones.
También se incluirán 53 nuevas entidades en el listado de entidades que tienen relación con el engranaje militar e industrial de Rusia. En cuanto al listado de personas y organizaciones, se amplía a otras 48 personas y 35 entidades. El castigo conlleva, entre otras cosas, la prohibición de la entrada en territorio europeo y la congelación de activos. Con los intereses de ese dinero congelado en los bancos europeos, la UE acordó que se aporte a la ayuda a Ucrania. Desde la invasión en febrero de 2022, se ha sancionado a cerca de 2.400 personas y organizaciones para intentar debilitar al máximo la maquinaria de guerra rusa.
Los ministros de Exteriores ratificarán el próximo lunes el acuerdo alcanzado a nivel de embajadores este miércoles y para el que han logrado sortear el veto de Hungría rebajando la ambición al aceptar algunas de sus exigencias, como exenciones en materia energética o la inclusión de algunas personas y entidades en el paquete, como el Comité Olímpico Ruso y dos clubes de fútbol. “La era de las sanciones ha terminado. Está surgiendo una nueva realidad, con prometedoras negociaciones entre Estados Unidos y Rusia. Esperamos que las relaciones mejoren hasta el punto en que se puedan abandonar por completo estas sanciones”, ha expresado Zoltan Covacs, el ministro de ese país, que ese de los pocos que secunda la estrategia de Trump.