El siempre imprevisible PP de Sevilla ha vuelto a entrar en convulsión interna. Esta vez ha dejado ojipláticos a los suyos más de lo que acostumbra una formación con cierta tendencia a la autodestrucción, porque esta vez su crisis les pilla gobernando el Ayuntamiento de Sevilla -sustentados en Vox- y con más concejales y alcaldes que nunca en la provincia.