Casi 40 farolas para una zona «altamente natural» y poco habitada de Cantabria: «¿El exceso lumínico no es una agresión?»

Ecologistas en Acción pide anular la instalación de las luminarias en Valdáliga porque la considera una inversión «superflua e innecesaria» que generará contaminación lumínica

“Conocí el entorno sin asfalto y sin hormigón, los cielos sin cables y los ríos sin puentes. Desde entonces, los caminos se llenaron de asfalto, los cielos de cables y torres, y el río… el río se murió”. Es el testimonio de Manuel Callejo, natural y vecino de San Vicente del Monte, en el municipio cántabro de Valdáliga. A sus 63 años, se despierta una mañana con un nuevo “sentimiento de impotencia”. “Han instalado diecisiete farolas, y llegarán más, en este medio natural, en un tramo de dos kilómetros donde hay cuatro casas habitadas, ¿Para qué?”, se pregunta.

Al hilo de ello, Ecologistas en Acción ha reclamado la anulación del proyecto para instalar esas “casi 40 farolas” entre el Pueblo de San Vicente del Monte, las Casas Nuevas y la CA-851, “por la generación de contaminación lumínica en un área altamente natural, muy bien conservada y escasamente habitada, con únicamente tres casas en uso” del municipio.

A juicio de la organización ecologista, este proyecto no solo es una “inversión superflua e innecesarias”, sino que “no cumple con los requisitos mínimos de los procedimientos técnicos y burocráticos” al estar, según señala, afectada por las leyes de contaminación lumínica, de la Red Natura 2000, y del propio planeamiento municipal en una zona con una avifauna susceptible de protección (alimoche, pico relincho, milano ratonero albino, garzas…) con los ríos Gancedo y del Escudo discurriendo por la zona.

Además, ha denunciado que la actuación se pretende llevar a cabo “sin estrategia de biodiversidad y en el marco de una improvisación para acceder a una subvenciona europea al margen de la inspección y la certificación del proyecto y su instalación”.

Finalmente, la organización ecologista también ha señalado que no se han respetado “los elementales criterios de participación ciudadana, sin difundir y debatir entre los vecinos la oportunidad de esta iniciativa en un espacio de alta naturalidad y en el área de influencia de la Red Natura 2000 de la Sierra del Escudo de Cabuérniga y sin estudio de impacto ambiental y sobre el paisaje”.

Luchar por ver los cielos de noche

“¿Este exceso lumínico no es una agresión?”, se cuestiona Callejo en un escrito dirigido a este periódico, en el que detalla que a lo largo de su vida ha asistido a la transformación y degradación de este paraíso por parte del factor humano y del ente público“. ”¿Los gestores públicos no ven necesidades más prioritarias?“, sigue cuestionándose, al tiempo que enumera algunas como servicio médico, acceso al monte, depuradora de aguas, transporte público…

“Me abate una sensación de impotencia, soledad y desamparo porque supongo que hablarles a los gestores públicos de contaminación lumínica no les sirva de nada, pero les aseguro que yo estoy dispuesto a luchar por el derecho a ver los cielos de noche”, concluye.


Mapa de la zona de Valdáliga donde se sitúan las farolas.