Julián Casanova: «Franco tuvo más carisma que Hitler y Mussolini»

El historiador de la Universidad de Zaragoza publica una biografía del dictador en la que reconstruye su figura y detalla las maniobras, decisiones y factores políticos que hicieron posible que su poder fuera absoluto durante cuatro décadas: «Sin Estados Unidos, no hubiera sobrevivido»

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Julián Casanova (Valdealgorfa, Teruel, 1956) ha escrito un libro sobre una sola figura histórica, la más importante del pasado reciente de España, pero durante un año entero se dedicó a leer las biografías de otros grandes personajes que él había conocido. Esta ha sido una de las fuentes que el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza ha utilizado para concebir Franco, publicado este miércoles por la editorial Crítica. El sucinto título del libro y su portada ya avanzan que esta es una biografía, un recorrido por la persona y el personaje que lideró un régimen de terror que se impuso durante cuatro décadas.

Con una prosa amena, Casanova se acerca al dictador hasta acabar componiendo un puzle que es, como él defiende, como la historia: complejo. Lo hace con una doble mirada: la microscópica, la de España, y la telescópica, la que se aleja del país para ponerlo en contexto con el resto de Europa y del mundo. El resultado es un minucioso retrato del general gallego que pasó por África y que a pesar de no estar convencido de la sublevación acabó asumiendo todo el poder y adaptándose al escenario internacional. Pero lo que Casanova busca por encima de todo es contribuir a que, lejos de las opiniones, sea la historia la que prevalezca: “Tiene que ser posible mirar al pasado y no buscar solo aprobación o condena”, dice.

Se ha escrito y se escribe mucho sobre el franquismo y todavía hay muchas cuestiones desconocidas. ¿Qué le ha llevado a apostar por la biografía ahora?

Esta es la culminación de un proceso pensado desde hace mucho tiempo. La biografía es un enfoque diferente de la historia, que tiene muchas calles y direcciones y me parecía muy importante tomar esta. El reto fundamental era cómo narrarlo para un público que dicen que no ha leído mucho y en un momento en el que hay preocupación sobre lo que ocurre en las escuelas.

¿Por qué ha decidido centrarse en la figura de Franco?

Porque la dictadura está más estudiada que Franco y porque la dictadura ha sobrevivido peor que Franco. La gente piensa que en la dictadura hubo muchos ‘chupatintas’ y mucho enriquecimiento pero que Franco no. Los mitos funcionan en torno a él, no tanto a la dictadura: el que desarrolló España, el que lo inventó todo, el que libró al país de la Segunda Guerra Mundial, que él no se enteraba de los fusilamientos o de la corrupción…

Dice en un momento dado que es consciente de lo difícil que es hacer una biografía que sea útil para todo el mundo, también incluso para los que admiran a Franco. ¿Ese es el objetivo?

No, es que hay una parte que solo pueden explicar los historiadores y eso genera muchísimo más ruido hoy que en cualquier otro momento. Pero si queremos crear lectores críticos que realmente conozcan el pasado para ver cómo es el presente necesitamos investigaciones, no opiniones políticas. El objetivo es que la biografía nos sirva para ampliar la comprensión de estos procesos históricos, que seamos capaces no de ver a Franco para meterlo en una sala de juicio o para ungirlo como enviado de dios, sino para abordar la historia desde el punto de vista de la indagación.

A Franco le hubieran podido tirar al menos en tres coyunturas fundamentales y no ocurrió

Expone a un Franco que antes del golpe de Estado tenía éxito militar pero no tanto talento político como movilizador de masas. ¿Cómo alguien así es capaz de mantener un poder tan omnipotente durante cuatro décadas?

Son preguntas que se hacían sobre Hitler o Mussolini, pero en el caso de Franco no porque en el momento que ha ganado la guerra, nadie le va a pedir carisma o aspectos sofisticados. Aun así yo digo que no tenía carisma movilizando masas, pero carisma como culto al poder y a la personalidad, sí. Franco tiene más tiempo y más carisma que Hitler y Mussolini porque está muchos años y nadie le cuelga cabeza abajo. Muere en la cama y es enterrado como un faraón.

¿Cómo se explica su pervivencia?

Con una combinación de aspectos nacionales e internacionales. A Franco le hubieran podido tirar al menos en tres coyunturas fundamentales y no ocurrió: en el 39 tiene la gran ventaja de que gana la guerra en el momento en que la bota nazi se está imponiendo en toda Europa y, al fin y al cabo, Alemania e Italia le han ayudado a ganarla. En el 45 tiene la ventaja de que la Guerra Fría sustituye enseguida a la Segunda Guerra Mundial. Y entre el 46 y el 49, la ONU le niega la entrada y declara ilegítimos a los estados que han apoyado a Hitler y Mussolini, pero internacionalmente se deja institucionalizar el franquismo en España. A partir de la bendición de Estados Unidos, Franco descansa.

Antes de la dictadura Franco era un militar forjado en África que ya era general de brigada en 1926 tras una carrera militar de rápidos ascensos.

Sí, eso es así: asciende y gana una guerra. Aunque eso no quiere decir que todo estuviera premeditado y es importante ponerlo en perspectiva comparada. Franco no era un militar extraordinariamente dotado. Hay en esos momentos un montón de militares que participan en la Primera Guerra Mundial y muchos famosos en cada país. Sin embargo, hay toda una aureola a su alrededor de que la suya es una historia singular que parte de un desconocimiento profundo. Uno de nuestros grandes déficits es no solo no haber estudiado la dictadura sino la historia de Europa. Hemos despreciado tanto utilizar el telescopio para ver qué hay más allá que todo nos parece peculiar.

Franco no sobresalió en los primeros años 30 por ser un conspirador contra la República y ni siquiera estaba convencido de dar el golpe e incluso vacilaba cuando se había tomado la decisión. Esto contrasta mucho con su imagen de “salvador de la patria” construida después.

Sí, contrasta mucho con la reinvención de la historia. Hasta junio de 1936 Franco no entró en la conspiración. En marzo, cuando fue a Canarias, los militares ya se habían juntado y Mola, que era quien estaba estableciendo las directrices, se desesperaba porque Franco iba por su cuenta, pero este fue lo suficientemente hábil como para que el Dragon Rapide [el avión que le trasladó de Gran Canaria a Marruecos] le llegara a él.

El gran milagro es que un general, que para cubrirse las espaldas manda a su hija y su mujer a Francia por si el golpe sale mal, cuando las vuelve a ver ya está a punto de ser nombrado general de los Ejércitos y toda la ayuda militar pasa por él

¿Cómo pasó a ser una pieza clave de la sublevación?

La primera paradoja es que Azaña lo nombró comandante general de Canarias para quitárselo de la península. Esto fue un error estratégico impresionante: estaba al lado de África, donde él había estado y donde estaban las fuerzas de choque más eficaces y más salvajes del ejército español. Desde allí escribió a Hitler para pedirle ayuda para pasar a las tropas a la península y eso alteró la posición de liderazgo entre él y Mola. En el exterior ya se decía que Franco era el líder y después aparece la Iglesia, que comienza la glorificación del personaje bendecido.

El gran milagro es que un general, que para cubrirse las espaldas manda a su hija y su mujer a Francia por si el golpe sale mal, en septiembre, cuando las vuelve a ver, ya está a punto de ser nombrado general de los Ejércitos y toda la ayuda militar pasa por él. España ha cambiado ya para él y para millones de personas. Nadie escribe guiones, nada hay predeterminado en la historia, pero no es ni el azar, ni dios ni la providencia… sino un montón de factores que nos cuesta mucho poner sobre la mesa porque son complejos.

Fue en este sentido un líder inesperado.

Sí. Sobre todo porque ¿qué hubiera pasado si Sanjurjo [líder de la sublevación] no hubiera muerto? Murió Sanjurjo, murió Calvo Sotelo y Primo de Rivera. Franco no fue como Stalin y no necesitó nunca matar a los que le estorbaban, a rivales. Y además murió Mola después también en un accidente aéreo como Sanjurjo. Franco no volvió a coger un avión nunca.

Entre las diferentes facciones que le apoyaban hubo pugnas, divisiones, descontento… ¿Por qué aun así le mantenían en el poder?

Porque no son simplemente familias de católicos, monárquicos o falangistas. Son vencedores de la guerra. Ninguno quiso ceder y todo dependía de esto y de que tuvieran los bolsillos llenos. No solo de dinero, sino también de estatus y de privilegio. No eran cuatro o cinco, eran una trama desde el alcalde de cualquier pueblo, al guardia civil o al cura. Todo transcurría en la dirección del Caudillo y nadie tenía que decirles cómo tenían que actuar. Ellos sabían que si iban en la dirección de Franco no les pasaría nada, fueran corruptos o lo que fueran.

Franco tiene la gran suerte de que vende anticomunismo en el momento en que el anticomunismo es la base fundamental de las esencias democráticas

¿Qué sabemos de su personalidad?

Sabemos poco. No tenemos cartas ni conversaciones. Hablaba de sí mismo en tercera persona y marcaba mucha distancia con sus amistades. Esto también lo hemos visto en las biografías de Hitler, Mussolini y Stalin: distantes con sus amigos y crueles con sus enemigos. Me he visto todos los discursos de fin de año de Franco y se ve claramente que lo que hacía era marcar dirección siempre, aunque aparentemente no hacía nada. Sobre él se construyó una imagen así porque tuvo mucho tiempo. Su hija llegó a decir que no le gustaba la guerra o que le fastidiaba mucho la represión y su hermana Pilar decía que no soportaba la corrupción, o que él mismo se compraba los calzoncillos.

En este sentido creo que era un calculador y un ambicioso y que se dio cuenta de que el populismo consistía en hacer pensar que nada iba con él, que debía convencer al pueblo de que no era ni un represor ni un criminal, que no firmaba sentencias de muerte, que eso lo hacían otros pero porque no queda más remedio. Hacerles pensar que les obligaron a ‘limpiar’ España y que estaba en política porque tenía que sacrificarse por todos.

Mientras de puertas para adentro Franco aplicaba su plan de exterminio y de terror e iba edificando una imagen benevolente de sí mismo a través de la propaganda, de puertas para afuera la dictadura fue sobreviviendo a contextos geopolíticos cambiantes.

Franco tiene la gran suerte de que vende anticomunismo en el momento en que el anticomunismo es la base fundamental de las esencias democráticas. Después llega a acuerdos con Estados Unidos con los que se establecen las bases militares que implican una pérdida de soberanía. En 1959 Eisenhower visita España y el abrazo final con Franco es el clímax de la bendición internacional de la dictadura, pero luego son muy importantes las visitas de Nixon y Ford. Sin Estados Unidos, Franco no hubiera sobrevivido.