Relájate con este sonido de grilletes de inmigrantes deportados

Hemos entrado en una nueva fase en la que el poder ya no solo busca el enfrentamiento entre los ciudadanos, busca la humillación y la deshumanización más enajenada. Su comportamiento matonesco parece abarcar ya no solo al diferente, sino a cualquiera que perciban como más débil y más impotente

En la primera temporada de la magistral serie británica ‘Sherwood’ (Filmin) una ola de crímenes sacude Nottinghamshire. Los crímenes se ubican en el SXXI, pero tienen su germen en la huelga de mineros que sufrió la zona a mediados de los años 80, a raíz de las políticas de Margaret Thatcher. Aquella huelga fracturó realmente el condado minero en dos bandos: los que seguían trabajando -los esquiroles- y los que hicieron huelga. Y por encima de todos ellos, disfrutando de la autodestrucción social, familiar y comunitaria, estaba el poder, protegido de y por sí mismo. Viendo la serie piensas: ¿Cómo es posible que los vecinos se sigan insultando en los bares décadas después? ¿Cómo es posible que el odio perviva en la comunidad de un modo tan visceral? La respuesta es evidente: el poder siempre se ha conservado mejor manteniendo a las clases trabajadoras enfrentadas.

Esta semana se hizo viral en EEUU un vídeo denigrante compartido por la propia Casa Blanca en redes sociales bajo el título: ‘’ASMR: Vuelo de deportación de extranjeros ilegales’. Es un vídeo de unos 40 segundos que muestra a agentes de Operaciones de Deportación y Control de Inmigración parados en la pista del aeropuerto mientras otros recuperan cadenas y esposas de una caja de plástico. A continuación, vemos a un inmigrante caminando junto a un oficial con las manos esposadas y los tobillos sujetos con una cadena. Otras tomas nos enseñan los pies un hombre encadenado ascendiendo una escalera hacia un avión. En ningún momento vemos sus caras ni escuchamos sus voces: solo el sonido de las esposas y los grilletes, el tintineo del acero golpeando el asfalto de la pista.  

Supongo que lo sabréis, pero ASMR es un término que significa “Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma”. Youtube está lleno de esos vídeos supuestamente placenteros para dormir o relajarse, con chicas (casi siempre suelen ser chicas) susurrando a un micrófono, haciendo unboxings o golpeteando con sus uñas de acrílico todo tipo de superficies. Hacer ASMR de una deportación tiene, por tanto, una despreciable intención de deshumanizar y humillar al inmigrante. No basta ya solo con deportar, no basta ya solo con despreciar. No existe ningún motivo para ponerle a un inmigrante unos grilletes al entrar en un avión que lo va a deportar que una búsqueda intencionada y completa de deshumanización y humillación.

Ese enfrentamiento del que hablaba antes, ese enfrentamiento intencionado que busca el poder y que tan bien supo plasmar la serie ‘Sherwood’, está yendo un paso más allá con los envalentonados inmorales que nos rodean. Señores que lucen chaquetillas brillantes con lemas como ‘Golfo de América’ (así es cómo pretenden que se denomine en lugar de ‘Golfo de México’), multimillonarios con acceso ilimitado a los servidores del gobierno que hacen saludos nazis y levantan motosierras en actos públicos como enloquecidos personajes de ‘Pressing Catch’, dirigentes que se refieren a las personas inmigrantes como “terroristas potenciales”, gobernantes que hablan de los haitianos como comedores de perros, gobiernos que publican vídeos relajantes con el sonido de deportaciones.  

Hemos entrado en una nueva fase en la que el poder ya no solo busca el enfrentamiento entre los ciudadanos, busca la humillación y la deshumanización más enajenada y obscena. Su desprecio y su comportamiento matonesco parece abarcar ya no solo al diferente, sino a cualquiera que perciban como más débil y más impotente.