El presidente de la Generalitat reúne a políticos y empresarios en un hotel para descargarse cualquier responsabilidad de los 227 muertos de la DANA y señalar al Gobierno con notables ausencias como su líder, Ayuso o los demás presidentes autonómicos
Gritos de “asesino” y “dimisión” en una visita de Carlos Mazón a Orihuela
Cuatro meses después de la DANA que provocó al menos 227 muertos en la provincia de València, Carlos Mazón ha acudido este lunes a Madrid a buscar la redención de la plana mayor de su partido y de los empresarios. Una salvación que su jefe de filas no ha querido darle en público con su presencia. Alberto Núñez Feijóo no ha acompañado al presidente de la Generalitat en su reconstrucción del relato de lo ocurrido el pasado 29 de octubre. Sin el líder del PP presente, Mazón se ha señalado a sí mismo como un perjudicado de la tragedia: “Soy un daño colateral”.
Mazón ha protagonizado un acto informativo que ha provocado una gran expectación mediática y la presencia de muchos políticos y empresarios que han llenado dos de los salones del hotel Ritz de Madrid. En la mesa presidencial, importantes dirigentes del PP: la secretaria general, Cuca Gamarra, el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, el vicesecretario de Institucional, Esteban González Pons, o el económico, Juan Bravo. También altas personalidades como el presidente del Senado, Pedro Rollán. Y exministros como Rafael Catalá.
Pero mucho más notables que las presencias han sido las ausencias. El PP no dio desde el primer momento un apoyo cerrado a Mazón, pero no les quedó más remedio que hacerlo cuando la cúpula de Génova fue consciente de que no tenía ninguna intención de dimitir. Feijóo pasó de dejar caer a su barón a comprometer toda la estructura de su partido en su defensa.
No obstante l líder del PP no ha querido estar este lunes en el Ritz. Su equipo le ha organizado una entrevista en Telecinco a la misma hora. Tampoco la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha viajado a Extremadura para unas jornadas de trabajo con el Gobierno de su compañera María Guardiola organizadas “en los últimos días”. Tampoco otros presidentes autonómicos vecinos como Juan Manuel Moreno, Fernando López Miras, Jorge Azcón o Alfonso Fernández Mañueco.
Pero tampoco han acompañado a Mazón en su viaje a Madrid sus propios compañeros en el PP valenciano. Ni la alcaldesa de la capital, María José Catalá, ni el presidente de la Diputación, Vicente Mompó. Hasta la patronal valenciana ha optado por no enviar a sus máximos representantes. Por eso el presidente autonómico ha tenido que conformarse con agradecer la compañía de la patronal alicantina, la provincia cuya diputación dirigió antes de asumir el mando de la comunidad.
Así, ante una nutrida representación de la segunda fila de dirigentes del PP, Mazón ha optado por buscar el perdón a partir de un relato en el que no ha asumido una sola responsabilidad real de lo ocurrido el 29 de octubre. De hecho, el presidente de la Generalitat se ha señalado a sí mismo como un perjudicado más de la tragedia, un “daño colateral” de la gestión del Gobierno.
Porque Mazón ha descargado toda la responsabilidad de lo ocurrido en Pedro Sánchez y los organismos técnicos estatales, la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar. Ni su ausencia el 29 de octubre, cuando estuvo horas desaparecido, ni el espacio en blanco de 90 minutos entre la comida del Ventorro que intentó ocultar y su llegada al centro de mando al filo de las siete de la tarde.
El presidente de la Generalitat ha hablado durante más de una hora con un único objetivo: descargar toda su responsabilidad de lo ocurrido el 29 de octubre. De hecho, ha llegado a asegurar que el sms de alerta se envió en solo 11 minutos desde que el Gobierno central informó del riesgo de desbordamiento de la presa de Forata, lo que no concuerda con las palabras de Mompó aquella tarde en el centro de mando, cuando espetó un transparente “¡enviadla ya de una puta vez!”.
Almeida: Mazón “ha cumplido”
El encargado de presentar a Mazón en el acto informativo ha sido el alcalde de Madrid. José Luis Martínez Almeida ha anticipado la estrategia de su hoy protegido: toda la culpa es de los demás.
“Ha cumplido”, ha dicho Almeida sobre Mazón. Y todo cuando, según el alcalde de Madrid, “el Gobierno de España solo intenta ganar la odiosa batalla del retalo que tanto les gusta”. “Carlos Mazón es el único que ha reconocido responsabilidades y ha tomado medidas, está liderando la reconstrucción”, ha sostenido.
Luego ha dado paso al otro relato, el de su compañero de partido. “Nos despertamos con una gota fría idéntica a las de cada año, pero que esta vez por la riada del Barranco del Poyo se tornó en la mayor catástrofe natural de la historia reciente”, ha sostenido Mazón ante su auditorio. Una catástrofe que es culpa de todos, menos de él mismo.
Mazón ha señalado al presidente del Gobierno, a la entonces vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a la ministra de Defensa, Margarita Robles, al de Interior, Fernando Grande Marlaska, al secretario de Estado de Medio Ambiente, a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, al presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, a la Aemet, … Una retahíla de señalamientos a quienes toda España sabe dónde estaban aquella jornada del 29 de octubre.
El propio Mazón ha repasado qué hicieron estos responsables el día de la DANA: conectados al Cecopi “por plasma”, de viaje oficial en Colombia o Brasil, o en las instituciones europeas en representación del Gobierno. Lo que no ha explicado el presidente de la Generalitat es dónde estuvo él durante las casi dos horas ‘en blanco’ que van desde que supuestamente terminó su “comida de trabajo” con una periodista en el restaurante ‘El Ventorro’ hasta que apareció en el centro de mando, que optó por apagar las comunicaciones con los representantes del Gobierno central.
Mazón no ha encontrado una sola crítica concreta que hacer en primera persona. Ni en singular ni en plural. No ha mencionado a sus dos consejeras cesadas, la de Emergencias, Salomé Pradas, y la de Turismo, Muria Montes. Tampoco las decisiones sobre la vigilancia del Barranco del Poyo que la Generalitat levantó. O la falta de rapidez a la hora de activar la ayuda estatal.
De hecho, solo asume responsabilidades desde el día siguiente de la DANA. “No quiere decir que por parte de la Generalitat y por la mía no se cometieran fallos”, ha dicho. “Sobre todo a partir del 30”, ha asegurado, sin mencionar ni uno solo concreto. Pese a ello, Mazón ha zanjado: “No encontrarán un juez más severo conmigo mismo que yo”.
16 llamadas atendidas desde las 17.37
El presidente de la Generalitat ha negado haber estado ausente el día de la DANA y ha asegurado que recibió o emitió 16 llamadas telefónicas aquella tarde. Eso sí, “desde las 17.37” del martes 29 de octubre.
“Hablé con la consellera de Emergencias [Salomé Pradas] con la que volví a hablar a las 18.16, a las 18.25, a las 18.30 y a las 19. 43”, ha sostenido. “A las 18.48 [hablé] con el director general de Comunicación de la Generalitat. A las 18.57, dos veces con el síndic del PP, que estaba haciendo ronda de preparación con los alcaldes”, ha relatado.
El presidente valenciano ha comprometido que pondrá “toda la información” a disposición “a las comisiones de investigación parlamentaria, como no puede ser de otra manera, como toda la documentación que se ha requerido”.
Mazón ha construido un relato en el que incluso ha dicho que fingió su petición de ayuda a Pedro Sánchez y la amabilidad con la que recibió al presidente del Gobierno el jueves posterior a la tragedia, cuando tanto como el líder del Ejecutivo como el jefe de la oposición acudieron a la zona afectada.
“El Gobierno quería construir un relato que se abre paso en paralelo a la reconstrucción”, ha denunciado. “Tenían que tapar el silencio de la Confederación Hidrográfica y la inacción de la delegada del Gobierno, de Adif y la DGT”, ha añadido.
Mazón también ha encontrado tiempo para arremeter contra los periodistas. “El Gobierno activó sus terminales mediáticas para culpar a la Generalitat, y a mí en particular. No soy una víctima, soy un daño colateral”, ha sostenido.
El presidente valenciano no ha hablado a la entrada ni a la salida del acto. Solo lo ha hecho desde el atril, patrocinado por Asisa y Solaria, y con las preguntas periodísticas mediatizadas por la organización del evento. Cerca de dos horas para descargarse toda responsabilidad.
“La verdad objetiva nos asiste”, ha dicho Mazón, quien ha intentado atarse a su partido para garantizarse su apoyo. “Esta es la prueba de mi vida. Y con la mía, la de muchos compañeros que están hoy aquí con nosotros, que somos perfectamente conscientes del envite en el que estamos”, ha sostenido, para arremeter contra quienes le están “poniendo palos en la rueda” o criticar que se sienten“cada día al otro lado de la ventanilla”.
Mazón se ha erigido en protagonista de “la labor más importante y hercúlea que haya tenido ningún Gobierno autonómico en la historia de la democracia”. Inmediatamente ha añadido como conclusión de su viaje a Madrid: “No quiero ser grandilocuente”.