Crisis, ¿qué crisis?

No se trata de cuestionar el sinfín de ventajas y virtudes de la IA sino de preguntarnos sobre la relación entre el coste y el beneficio de nuestras decisiones y para quiénes es casi todo el beneficio y para quiénes el coste

El grupo británico Supertramp tituló uno de sus discos como: “Crisis? What Crisis?” La portada del álbum, que este año cumple medio siglo, muestra a un hombre tomando el sol en una hamaca, pero no en la playa, sino en un solar industrial, rodeado de fábricas y chimeneas humeantes. Esta desconexión entre la realidad circundante y el relax del individuo en bañador puede servir como metáfora de lo que hemos vivido y seguimos viviendo entre la crisis climática que hemos creado y la pasividad con la que actuamos ante la misma.  

Hace décadas que la comunidad científica viene informando y alertando sobre lo que se nos venía encima como consecuencia de las alteraciones del medio por la acción humana. Durante ese tiempo la ciencia ha incrementado las evidencias de que el incremento en la emisión de gases de efecto invernadero está calentando el planeta. ¿Qué han hecho los gobiernos, las empresas y nosotros, usted y yo, al respecto? Casi nada. Priorizar las ganancias económicas frente a los beneficios reales nos ha llevado y nos sigue llevando por la calle de la amargura; el aumento de la temperatura global y los incendios y fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes, son pruebas incontestables de que la sostenibilidad y la vida en la Tierra están cada día más comprometidas.  

1
2
3