La mujer, que volvió a su domicilio sin saber que ya estaba completamente renovado, pasó los primeros momentos de la DANA achicando agua de su vivienda ubicada en un bajo hasta que sus hijos la convencieron para que subiera a los pisos de arriba, donde fue acogida por unos vecinos
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La vida nunca se lo puso fácil a Carmen Pérez Aranguren, de 87 años. Natural de La Hinojosa (Cuenca), se instaló en Paiporta en 1965 ya con cuatro hijos, a los que se sumaron cuatro más. En total ocho hijos que han sido los que finalmente, junto a vecinos y amigos, le salvaron la vida el pasado 29 de octubre. Su marido, en un momento dado, abandonó a la familia y poco más volvieron a saber de él.
Según cuenta Pablo, uno de sus hijos, su madre tuvo hasta tres trabajos para sacarles adelante: “Trabajaba limpiando los cines Rex de València. Luego se iba a limpiar un piso y a las 14.00 horas fichaba para entrar en el hospital de Sanjurjo (actual Doctor Peset) donde también limpiaba hasta las 21.00 horas. Llegaba a casa a las 22.00 horas cuando los cuatro pequeños ya estábamos en la cama durmiendo. Mi hermana algo mayor se enfadaba porque nos levantábamos para poder verla. Carmen, una gran madre que sola y solo ella nos sacó adelante y sin ayuda de nadie”.
El comedor de la casa de Carmen tras la DANA.
Pablo relata que el pasado 29 de octubre su madre estaba en casa, ubicada en un bajo de Paiporta, cuando empezó a desbordarse el barrando del Poyo. Según cuenta, “a las 19.00 horas estaba en su casa de Paiporta cuando empezó a entrar agua y barro por la puerta y baños de la casa; mi hermano Miguel que también vive el Paiporta la llamó para decirle que estaba desbordándose el barranco y que por favor subiera a los pisos de arriba, pero ella es muy cabezota dijo que no”.
Así, Carmen se quedó sacando el agua como podía, pero la insistencia de su hijo hizo que por fin subiera al piso de arriba, quedándose hasta altas horas en el rellano, hasta que un vecino la vio y le dijo que pasase a su casa donde permaneció dos días. La casa de Carmen, con metro y medio de agua y barro, quedó completamente destrozada
“El tercer día la trasladamos a casa de mi hermano Miguel, que vive en un piso más alto, pero a la semana tuvimos que llevarla a Canet d’en Berenguer donde vive mi hermana Chari porque en Paiporta los olores y el polvo eran muy incómodos para mi madre”, dice Pablo, quien añade que “en estos tres meses desde que tuvimos la DANA, mi objetivo no ha sido otro que reconstruir y amueblar y acondicionar la casa de mi madre como ella merece y porque ella es lo que nos ha pedido a diario”.
El comedor de la casa de Carmen tras la rehabilitación.
Dicho y hecho, una vez realizada la reforma con la ayuda de sus familiares y con una inversión de 116.000 euros que ha costeado su hijo Pablo, Carmen ha regresado a su casa sin saber que había sido completamente restaurada. Al llegar al inmueble y comprobar que está completamente renovado, no ha podido contener las lágrimas, si bien es cierto que como ha comentado, algo se imaginaba: “Algo me figuraba porque escuchaba cosas de mis hijos y ya pensaba que algo tramaban. La DANA me destrozó la casa por completo pero aún así yo siempre tuve claro que quería volver, aunque fuera con el barro, no puedo ir a otro sitio”.
Nada más lejos de la realidad. Como ella misma ha comprobado, “está mucho mejor que antes, no tengo palabras para agradecer a mis hijos todo lo que hacen por mí”, ha dicho emocionada, al tiempo que ha añadido haciendo gala de su sentido del humor: “¡Ahora ya no la vendo!”.