Fueron mucho más que los hijos de un Premio Nobel de Literatura. Los hermanos Erika (Múnich, 1905-Zúrich, 1969) y Klaus Mann (Múnich, 1906-Cannes, 1949) crecieron en un entorno privilegiado, en una familia liberal que les inculcó el interés por las letras y el pensamiento crítico, además de potenciar sus inquietudes artísticas. Eran los mayores de los seis hijos del escritor (Lübeck, 1875-Zúrich, 1955) y Katia Pringsheim (Feldafing, 1883-Kilchberg, 1980), hija de un matemático y coleccionista de arte judío y de una actriz, además de nieta, por parte de madre, de una escritora y activista por los derechos de las mujeres.