Milei es más que un gobernante local; es una figura de la extrema derecha mundial con un rol simbólico que se disputan el PP y Vox en España. Sus recortes afectan a las argentinas, pero el efecto del retroceso pone en riesgo a las mujeres de todo el mundo y, en particular, a las españolas
Este 8M en Argentina se convoca a una multitudinaria marcha para pedir que se frene el retroceso de derechos de las mujeres y las diversidades sexuales. La importancia no es solo territorial, sino mundial. La motosierra que el presidente argentino, Javier Milei, utiliza como un falo que no busca construir, sino quebrar (con el argumento del recorte al gasto público) y que regaló a la premier italiana Giorgia Meloni (en una miniatura del propio Milei con el símbolo del ajuste económico que recae especialmente sobre las mujeres) y al multimillonario asesor extra gubernamental del gobierno estadounidense Elon Musk (en versión real y con los motores encendidos) está plasmada en una foto donde lo importante no es solo quién la tiene más larga, sino quién la tiene más filosa.
El presidente argentino es más que un gobernante local, es una figura de la extrema derecha mundial con un rol simbólico que se disputan el PP y Vox en España. Por eso, sus recortes afectan a las ciudadanas argentinas, pero el efecto del retroceso pone en riesgo a las mujeres de todo el mundo, y en particular, a las españolas, por la utilización del economista como un ícono de la machosfera en el poder. El espejo del tecnofachismo muestra el peligro del efecto dominó en Europa. Milei fue convocado por Santiago Abascal a un encuentro de la ultraderecha, el 19 de mayo de 2024. La visita extraoficial terminó en una crisis diplomática que implicó el retiro de la embajadora en Argentina. Se intentó restaurar el vínculo, pero Milei se caracteriza por su falta de contención diplomática y una incontinencia verborrágica que se ensaña contra el Estado, la justicia social, el cuidado del ambiente y la igualdad de género.
El jefe de Estado argentino regresó, nunca en visita de Estado, pero sí a título personal, para recibir autorretratos y elogios de Isabel Díaz Ayuso, que le otorgó la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, el 24 de junio del 2024. Ahora, doce días después del 8M, la historia puede repetirse o empeorar. El portavoz del gobierno, Manuel Adorni, anunció que Milei va a retornar a España, del 20 al 23 de marzo, para recibir el premio Escuela de Salamanca, un reconocimiento impulsado por el Club de los Viernes, que ya recibió la propia Ayuso. En un escenario de alta conflictividad mundial Milei solo puede encender más la mecha de la polarización misógina contra los feminismos y el movimiento LGTTBQI.
El riesgo, enorme, para las mujeres, es la naturalización de la extrema derecha y el retroceso en derechos que estaban consolidados, supuestamente sin marcha atrás, y que eran un acuerdo sellado en todo el arco democrático. En Argentina, sin embargo, en los hechos, fueron demolidos por La Libertad Avanza (LLA), con el guiño del Fondo Monetario Internacional (FMI), que negocia un mayor endeudamiento del sur sin ni siquiera importarle la mayor desprotección de las mujeres. Y con la mirada de Europa hacia otro lado, aunque, todavía, apueste a que la igualdad no sea una palabra vacía sino un escudo contra la violación y la violencia, y la libertad, una palabra que no tenga dueño sino que sea para todos los cuerpos.
La gestión de Milei es un altavoz de los discursos reaccionarios. La última vez le costó caro. En el Foro Económico de Davos equiparó la homosexualidad a la pedofilia, se encarnizó con las personas trans, blasfemó contra el feminismo y la diversidad sexual. LLA anunció el proyecto de derogación en el Congreso de la figura de femicidio (incorporado como agravante en el Código Penal); la suspensión de la Ley Micaela (en homenaje a Micaela García, una joven víctima de femicidio), que obliga a todos los funcionarios públicos a recibir capacitación en género; la anulación de la paridad política (que impone a que el 50% de las listas de diputados/as y senadores/as estén integradas por mujeres) y la limitación de la Ley de Identidad de Género que permite el derecho a la autopercepción para las personas trans. A una semana de su discurso se organizó una marcha multitudinaria en Argentina con resonancia en España (Madrid, Barcelona y Granada, entre otras ciudades) y toda Europa (París, Berlín, Londres) con un llamado a generar una organización antifascista y antirracista mundial.
En la apertura de las sesiones legislativas Milei bajó el tono de la llamada batalla cultural contra el género. No le dan los votos en el Congreso para derogar leyes, y los escándalos por el desplome de la criptomoneda Libra y la tensión económica le hacen empezar a esquivar, de local, el incremento de discursos de odio. Sin embargo, le gusta tirar la cuerda en las giras por el exterior, en donde quiere convertirse en un buen alumno de Trump y un influencer de la odiocracia mundial. Pero la gestión de Milei no es discursiva, simbólica o meramente gestual. Los derechos de las mujeres, lesbianas, gays y trans retrocedieron. El peligro no es figurado, sino real.
En Argentina, en lo que va del año, se produjeron 55 femicidios vinculados de mujeres y niñas y un femicidio vinculado de un varón adulto (un indicador que muestra cuando un hombre es asesinado para provocarle daño a una mujer o por ser allegado a ella o intentar defenderla), según un informe del Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano, que dirige La Casa del Encuentro. Desde el 1 de enero al 28 de febrero del 2025 ya hubo más femicidios en Argentina (con alrededor de 46 millones de habitantes), en este año, que en todo el 2024 en España (con alrededor de 49 millones de habitantes), ya que, hasta el 17 de diciembre, habían asesinado a 45 mujeres por ser mujeres. Siempre es mucho. Pero el riesgo se cuadruplica en el sur y el odio y la desprotección generan una combinación que quita todos los escudos.
El Programa Acompañar, para que las víctimas de violencia de género, puedan salir del círculo de los insultos, maltratos, violaciones, patadas y descalificaciones, se desfinanció. Las altas para recibir la ayuda económica se redujeron en un 98,6%, en el primer trimestre del 2024, con respecto al mismo período del 2023, según el estudio ‘8M en perspectiva económica’, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Se frenaron las mujeres que pueden ser acompañadas a irse de la casa, echar al agresor o terminar con una relación violenta. En el primer trimestre del año pasado solo se les dio la asignación (el apoyo para que no tengan que bajar la cabeza frente a insultos, golpes, amenazas o controles) a 471 mujeres. Solo un año antes, entre enero y marzo de 2023, habían recibido ese escudo económico contra puños, cuchillos y armas 34.229 mujeres, lesbianas y trans. La diferencia deja afuera a miles.
Las participantes del Acompañar, sobrevivientes del recorte, cobran un 29,8% menos por un tiempo menor (el acompañamiento se redujo de 6 a 3 meses) y se les exige la denuncia policial a pesar de que, a veces, las personas pueden no estar preparadas para enfrentar la revictimización institucional y que acudir a la comisaría puede subir la amenaza del agresor. También se eliminó el patrocinio jurídico para víctimas de violencia con lo que las mujeres golpeadas quedan más indefensas y a merced de tener dinero (que les cuesta más conseguir que a los varones) para poder pagarse un abogado/a.
La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación detectó un crecimiento del 8% de las denuncias de violencia. Pero además está aumentando la gravedad y la crueldad de las agresiones. Durante enero, en la feria judicial –porque en Argentina es verano y período de vacaciones–, se atendieron a 1.761 personas, un 8% más que en igual período de 2024. El equipo médico constató lesiones en 211 personas (un 3,6% más que en la feria de 2024) y en 26 casos hubo que realizar derivaciones de urgencia. El 27% estaba en una situación de riesgo alto o altísimo.
La prevención del abuso sexual y de embarazos no buscados también está en default. La ejecución de la Educación Sexual Integral (que es ley en Argentina desde el 2006) se desplomó un 98,7%. Lo único que subió fue la Asignación Universal por Hijo (AUH) que se incrementó un 38,7%. En la votación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo se aprobó también el Programa 1.000 días. El objetivo era que las personas gestantes puedan decidir qué hacer sin quedar desamparadas ni terminar con la clandestinidad. Es un apoyo a la maternidad muy necesario. Sin embargo, ahora se desfinanció la educación sexual, el reparto de anticonceptivos y los medicamentos para abortos seguros. Y, como contraparte, solo se aumentó el apoyo a quienes deciden ser madres, en un 202,7%. El respaldo a las madres y los bebés en los tres primeros años de vida es una buena medida, pero no es ético no cumplir con las leyes existentes y desmantelar la prevención de embarazos no buscados o la posibilidad de acceder a un aborto legal, seguro y gratuito de un modo sesgado.
En Argentina las mujeres y las disidencias sexuales no estamos (solo) amenazadas. El retroceso no llegó. Y no hay que ponerle alfombra roja para que siga expandiéndose.