Trump responde a Putin: «Su mensaje es muy prometedor, pero no es completo»

El presidente de EEUU recibe al secretario general de la OTAN y se abre a hablar con el mandatario ruso sobre la tregua en Ucrania

El pulso de Trump y la división dejan ver las costuras de la OTAN y la UE

El presidente de EEUU, Donald Trump, ha reaccionado favorablemente a las declaraciones de hoy del presidente ruso Vladímir Putin, quien se resiste a la propuesta de una pausa temporal de las hostilidades. Es un mensaje “muy prometedor, pero no completo”, ha respondido Trump ante la alusión del ruso a los “matices” que condicionan un eventual alto el fuego. “Esperemos que Rusia haga lo correcto”, ha añadido Trump, que se ha reunido en Washington con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

El mandatario estadounidense se ha mostrado dispuesto a hablar con el ruso para asegurar que la tregua en Ucrania sea efectiva y, entre otros comentarios, ha dicho que la anexión de Groenlandia “sucederá”, por mucho que los habitantes de la isla hayan apoyado muy mayoritariamente a partidos contrarios a la propuesta en las recientes elecciones, porque resulta “vital” para la seguridad nacional de su país. Y Rutte podría tener en este propósito, un papel “instrumental”, ha lanzado. Groenlandia es un territorio autónomo de Dinamarca, otro miembro de la alianza.

Rutte llega este jueves a Washington en horas bajas para las relaciones entre los Estados Unidos y el resto de socios atlánticos. El acercamiento de Donald Trump a Rusia en las negociaciones sobre la guerra de Ucrania no ha hecho más que remover las viejas críticas del estadounidense a la Alianza Atlántica. Aun así, Trump ha asegurado a Rutte en el Despacho Oval que “la OTAN será mucho más fuerte gracias a mis acciones”. El pasado jueves el mandatario planteaba desde este mismo lugar no acudir en la defensa de los aliados que no lleguen al umbral del 2%.

Para Moscú, una de las causas primordiales de la agresión contra Ucrania fue la posibilidad de una expansión de la OTAN hacia el este. El pasado julio, los aliados se comprometieron a hacer “irreversible” la adhesión de Kiev a la Alianza. “Vamos a discutir lo que pasa entre Ucrania y Rusia”, ha dicho Trump a Rutte en el Despacho Oval.

El presidente estadounidense ha vuelto a poner énfasis en que quiere poner fin a la guerra y que esta supone “un tremendo coste para Estados Unidos y también otros países”. Más que hablar con Rutte, se podría decir que hablaba en diferido con el ruso. “Nos gustaría ver un alto el fuego por parte de Rusia”, ha repetido.

Trump ha vuelto a incidir en la idea de que está “al otro lado del océano” para poner de relevancia lo “injusto” que es, en su opinión, que EEUU tenga que asumir un papel principal en el conflicto ucraniano. “Estamos al otro lado del océano y ellos están justo ahí… Es injusto”, ha recalcado. Por su parte, Rutte ha destacado que uno de los motivos de la visita es justamente discutir “la producción de defensa”.

Los reiterados ataques de Trump contra la OTAN han hecho que sea posible plantearse la retirada de EEUU de la organización. En este contexto, otros países como Francia y Reino Unido ya se han apresurado a acercarse directamente a Trump para cerrar también acuerdos de defensa. Ambos, junto con Polonia, Alemania y otros socios europeos, están formando bloques independientes a la OTAN para poder seguir reforzando militarmente a Ucrania ante el menguante apoyo de Washington. 

Europa ya entendió en la Conferencia de Seguridad de Múnich que cada vez va a depender más de sí misma para defenderse de un eventual ataque ruso. Los últimos movimientos de Trump para asfixiar militarmente a Ucrania y que cediera a sus condiciones de negociación no han hecho más que reafirmar el presentimiento.

Los ataques de Trump contra la OTAN no solo la debilitan por el miedo a que el principal socio corte la ayuda o se descuelgue, sino porque el resto de miembros están empezando a crear alianzas fuera del paraguas del organismo militar. La organización corre el riesgo de perder su papel central como referente de la defensa para sus socios, lo que pondría aún más en entredicho la justificación de su existencia ante unos aliados que no cumplen con los mínimos de aporte en defensa y EEUU, que considera que paga demasiado.

El secretario de la OTAN debe ser capaz de redirigir la Alianza para que recupere una posición central en materia de defensa y para ello necesita ganarse el favor de Trump. La relación entre ambos ha pasado por altibajos. Como primer ministro de Holanda en 2016, Rutte felicitó a Trump por su victoria electoral, enfatizando los sólidos lazos entre los Países Bajos y Estados Unidos. Sin embargo, durante una reunión en la Casa Blanca en 2018, Rutte discrepó públicamente del estadounidense. 

Durante una sesión de fotos en el Despacho Oval, el presidente mencionó las discusiones entre Estados Unidos y la UE sobre acuerdos comerciales e intentó bromear diciendo que, si las conversaciones fracasaban, podría ser algo positivo. Rutte intervino rápidamente con un firme “no” y una sonrisa.

Aunque este no es el único frente que Rutte tiene que capear. El pasado jueves, en el Despacho Oval, Trump puso en duda su disposición a defender a aquellos aliados de la OTAN que no están contribuyendo suficiente en defensa. “Es sentido común, ¿verdad? —dijo a los periodistas— Si no pagan, no los voy a defender. No, no los voy a defender”.

La idea, más allá de ser una amenaza para espolear a los países que no llegan al umbral, podría estar verdaderamente sobre la mesa. Según publicaba la cadena NBC la semana pasada, el presidente discutió con sus asesores exactamente esta posibilidad. Si realmente Trump intenta llevar a cabo este cambio, supondría una modificación significativa de un principio fundamental de la alianza codificado en su Artículo 5, que establece que un ataque contra cualquier país de la OTAN es un ataque contra todos.