Unos 600 técnicos superiores que trabajan para el Servicio Andaluz de Salud presentan este viernes una reclamación administrativa colectiva, previa a la demanda, por unos «flagrantes incumplimientos laborales» que «se han institucionalizado», según relatan varios testimonios a este periódico
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“Está muy normalizado y lo hemos estado aceptando, pero ya es hora de pararlo”. D.T.M., técnica superior de laboratorio, expresa el sentir de cientos de profesionales que, como ella, que vienen trabajando para el Servicio Andaluz de Salud (SAS), que tiene dos causas judiciales abiertas en Sevilla y en Cádiz a cuentas de la contratación sanitaria. Se trata en este caso de contratos particulares. Este viernes, una representación de estos profesionales, que poseen categoría de personal estatutario temporal, se van a concentrar a las puertas de las ocho delegaciones provinciales de la Consejería de Salud e interpondrán una reclamación administrativa, previa a una demanda, directamente contra el SAS, según informan a elDiario.es Andalucía fuentes de la cooperativa jurídica Gestea, que asesora legalmente al colectivo sanitario y que asegura que se está produciendo “un fraude sistémico en la contratación”. Todo ello, a las puertas de una “gran movilización” por “el deterioro continuo del sistema sanitario” en Andalucía convocada por los sindicatos y las Mareas Blancas.
Son unas 600 personas, que ya durante el año pasado han llevado sin éxito su situación de “precariedad laboral” a varias instancias, iniciando una serie de acciones como la interposición de varias quejas al Defensor del Pueblo, la presentación de una reclamación ante la Comisión Central de Control y Seguimiento del Pacto de la Mesa Sectorial de Sanidad, con el fin de que se elaboren los informes preceptivos al respecto, y de una reclamación al Consejo de Transparencia de Andalucía. En todas esas puertas han comunicado las “sistemáticas irregularidades” que, a su juicio, viene cometiendo la administración autonómica tanto en el llamamiento como el nombramiento de personal de laboratorio, radiodiagnóstico, dietética y nutrición, anatomía patológica, medicina nuclear, etc., “ocasionando una precarización continuada del sector” y “perjudicando los intereses y los servicios de salud pública” de la ciudadanía andaluza.
Las fuentes, y los testimonios recogidos, advierten del “peligro de los servicios sanitarios públicos” ante este “conjunto de importantes vulneraciones legales”. Entre las cuestiones que denuncian están los “desequilibrios” entre el personal que accede por el régimen de turno libre y el de promoción interna, sobre todo en el ámbito de los contratos de larga duración, así como el uso de contratos de interinidad o sustitución “sin justa causa”, con personal trabajando o habiendo prestado servicios “sin alta en la Seguridad Social y sin contrato”. También aluden a “usurpación de las funciones” desarrolladas por el personal técnico superior sanitario por personal de otras categorías, y la “absoluta opacidad” de la administración andaluza sobre el método utilizado para realizar los llamamientos del personal temporal de la bolsa del SAS.
El Gobierno andaluz niega la mayor. Fuentes del departamento dirigido por Rocío Hernández aseguran que el SAS “cumple la normativa vigente para la provisión temporal de puestos técnicos, como cualquier otra categoría existente en el Servicio Andaluz de Salud”. En ese sentido apuntan que respetan las demandas de cualquier colectivo, pero “en este caso entendemos, y así lo haremos llegar a las entidades que reclamen cualquier información al respecto, que se cumple escrupulosamente con la legalidad”. “No hay contratos de interinidad o sustitución sin justa causa, personal trabajando sin alta en Seguridad Social y sin contrato, contratos anulados después de haber empezado la prestación de servicios e impago de las liquidaciones salariales o las horas complementarias”, argumentan.
“Me dijeron que no pasaba nada”
La casuística es muy variada, dada la amplitud del colectivo reclamante. D.T.M explica que en diciembre de 2023 el SAS le hizo un contrato de reducción al 50%, como técnica de laboratorio para un hospital público de Málaga, para cubrir las horas de un liberado sindical. “En mi contrato no venía a quién cubría ni especificaba nada, ni nómina ni nada, y eso ya me extrañaba”. Poco después su supervisor le propuso cubrir más horas, hasta el 70%, en lugar de otra persona, “pero eso no aparecía en el contrato”. En abril le llegó la baja laboral a 31 de marzo. “Era raro, pero pregunté y me dijeron que no pasaba nada, que mi nuevo contrato se estaría procesando, y lo dejé pasar. Al tiempo me di cuenta de que una parte del mes de enero no me la habían abonado. Se empezaron a acumular fallos en mi situación laboral”.
Realización de pruebas PCR en Microbiología.
Está técnica de laboratorio sigue relatando que cierta parte de su trabajo es “delicada”, por ejemplo con las analíticas del banco de sangre. “Mis claves para entrar en el sistema me habían caducado y, a finales de abril, vi que seguía de baja laboral, pero seguía trabajando”. D.T.M. llevó su caso a la Inspección de Trabajo, aconsejada por un abogado, y me dieron de alta con fecha 1 de mayo, pero abril había desaparecido de mi vida laboral, como si no hubiese trabajado“, lo que le generó ”estrés y ansiedad“.
En mayo el SAS la llamó de la bolsa para ofrecerle un puesto de trabajo, “una reducción real al 100%”. Al rechazarlo porque estaba aún trabajando la sancionaron y la dejaron “en un limbo”. Más recientemente lleva contratada un tiempo con un contrato al 33% mientras estudia para sacarse una plaza en las oposiciones del mes de junio.
“Nos lo tenemos que comer con papas”
Otra técnica de laboratorio, en este caso de la provincia de Sevilla, también señala que en todas las puertas a las que han llamado las reclamantes a nivel particular no han recibido “respuesta alguna por parte de la administración”. “Estamos levantando la liebre de todas las cosas que se están haciendo mal en el SAS, aunque sabemos que es luchar contra un gigante. Somos pocos y no nos echan cuenta. No somos tantos como enfermeros o médicos, pero la verdad es que sin nuestro trabajo no se podría dar ningún diagnóstico”.
En su caso, lleva 20 años trabajando en el SAS. “Antes cogía interinidades, pero ahora ya solo me llaman para verano, navidades o Semana Santa”, relata. El mes pasado la llamaron de la bolsa del SAS para ofrecerle, después de mucho tiempo, una interinidad en otro hospital, pero “a los cinco minutos me volvieron a llamar para decirme que se habían equivocado. Eso no puede ser. Esos contratos se los dan a los de promoción interna, que deciden dónde trabajan y en qué turno. No he sido la única a la que le ha pasado. Y nos lo tenemos que comer con papas”.
El testimonio profundiza en cómo los de promoción interna “se quedan” con las plazas pese a que no acumulan experiencia. “Sin tener ni idea de laboratorio, una persona se puede sacar un curso online para aportarlo a su autobaremo en el SAS y se coloca por delante de los de turno libre. Tienen privilegios y solo cogen interinidades y bajas largas. Los contratos pequeños para sustituciones y demás son para nosotras”.
La prioridad de antigüedad
Las fuentes de la cooperativa jurídica Gestea consideran que en líneas generales que el colectivo tiene “la mera finalidad de alcanzar la simple dignidad en sus condiciones laborales”, por lo que pide al SAS “que respeten y acaten la normativa vigente en la contratación pública sanitaria: el Estatuto Básico del Empleado Público, el Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud y el Pacto de la Mesa Sectorial de Sanidad”.
Dicen desde la cooperativa que “los flagrantes incumplimientos laborales cometidos a diario por el SAS se han normalizado e institucionalizado, sin resolver las múltiples quejas y reclamaciones interpuestas por el personal estatutario, a pesar de ser su innegable deber legal, institucionalizando un fraude sistémico en la contratación, utilizando contratos de interinidad o sustitución sin justa causa, con personal trabajando o habiendo prestado servicios sin alta en Seguridad Social y sin contrato, anulándose nombramientos después de haber empezado la prestación de servicios, sin el abono de las liquidaciones salariales o las horas complementarias. Además de localizarle una relevante desinformación con respecto a la contratación de personal a través del cupo de discapacidad”.
De igual forma, “se produce una progresiva usurpación de las funciones desarrolladas por el personal técnico superior sanitario por personal de otras categorías profesionales, con la finalidad de un abaratamiento de costes, debilitando dicha categoría profesional”, denuncia el colectivo.
“La absoluta opacidad de la Administración sobre el método o sistema utilizado para realizar los llamamientos del personal temporal de la bolsa del SAS, dentro del sistema de selección por turnos, la situación o estado de la elaboración de la lista única de la bolsa del personal estatutario temporal del SAS (que sigue sin actualizarse, a pesar de la obligación que tiene la administración por renovarla anualmente), el tipo de porcentaje aprobado anualmente de reservas de plazas a promoción interna, a pesar de haber sido reclamado en múltiples ocasiones, supone una quiebra sistémica de los principios de transparencia y participación que impone la legislación actual, abandonando al personal estatutario a una situación de inseguridad jurídica y desamparo categórico”.
Dicha “ausencia de transparencia” afecta directamente a “la credibilidad del sistema de turnos en el llamamiento, originando desequilibrios entre el personal que accede por el régimen de turno libre y el de promoción interna, sobre todo en el ámbito de los contratos de larga duración, con porcentajes desorbitados entre ambas categorías, en las ofertas públicas de empleo del SAS, y priorizando a estas últimas en cuanto al uso de las herramientas sanitarias, sin tener en cuenta la prioridad de antigüedad en el servicio”.