El PP de Valladolid ha expulsado a la alcaldesa de Santervás de Campos del grupo municipal sin que ella haya tenido la oportunidad de dar su versión
El alcalde del PP de un pueblo de Palencia bloquea un adoquín en recuerdo de un deportado en un campo nazi
Aunque venía de antes, todo estalló por un escudo franquista. En Santervás de Campos, un municipio de 108 habitantes de Valladolid, se ha iniciado una guerra contra la alcaldesa del PP, que denunció que el escudo franquista que se había retirado de la casa consistorial en 2019 había desaparecido. El PP de Valladolid ha expulsado a Elena Gay del grupo municipal sin que ella haya tenido la oportunidad de dar su versión. Durante unas semanas, según fuentes consultadas por este diario, se ha fraguado una moción de censura que de momento ha quedado paralizada.
El presidente del PP provincial, Conrado Íscar, ha expulsado del Grupo Municipal a la alcaldesa de Santervás por unos hechos “contrarios a la disciplina política inherente a la participación en política bajo las siglas del PP”. Íscar, que no pertenece al Grupo Municipal de Santervás, pero aun así le ha expulsado del mismo, acusa a la alcaldesa de crear una “alta conflictividad” entre los concejales del PP “llegando a denunciar injustamente a alguno de ellos” y al destituir al teniente de alcalde del PP para darle el cargo a un representante de Santervás Decide, una formación local. Sin embargo, la denuncia que interpuso la alcaldesa no iba contra ninguna persona concreta, sino que denunciaba la desaparición de este elemento.
El exalcalde de Santervás, Santiago Baeza (también del PP) había guardado el escudo en una panera de la Junta de Castilla y León que había utilizado él personalmente durante años. En el Ayuntamiento no consta ningún informe ni escrito que señale dónde se depositó el escudo, una retirada que sí se aprobó en pleno en 2019, pero un asunto del que nunca se volvió a saber. Cuando esa panera sale a subasta y cambia de manos (al concejal de una formación local), el propietario notifica a la alcaldesa que el escudo está en ese espacio para ver cómo proceder, además de unas señales de tráfico. Pocos días después, vuelve a la panera y el escudo había desaparecido.
Denuncia ante la Guardia Civil
La alcaldesa pregunta al secretario también y este dice desconocer dónde puede estar el escudo. Es entonces cuando la alcaldesa de Santervás decide acudir a la Guardia Civil porque el escudo, aunque franquista, no deja de ser patrimonio municipal y como tal debe estar custodiado o trasladado siguiendo las órdenes de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. La regidora contactó con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que le trasladó que ese escudo no podía ser conservado.
En la denuncia, a la que ha tenido acceso elDiario.es, la alcaldesa pone en conocimiento de la Guardia Civil que uno de los concejales dijo que lo tenía él, ante lo que la alcaldesa le dijo que el escudo tenía que ser retirado bajo acta y después destruido. “Le ha contestado que se ocupe de lo que se tiene que ocupar”, refleja la denuncia, en la que la alcaldesa insiste en que actúa como representante del Ayuntamiento y que no quiere “cargar personalmente contra nadie”.
Preguntada la Guardia Civil al respecto, asegura que se siguió el procedimiento establecido y que la denuncia fue remitida “al juzgado competente”. Pocos días después de que la alcaldesa presentara la denuncia, ese escudo de piedra vuelve a ‘aparecer’ en el patio del albergue municipal. Este diario se ha puesto en contacto con Santiago Baeza, que dice que este asunto a él “no le afecta personalmente”. Yo lo dejé y me he desentendido. Fueron los concejales a recogerlo“, asegura Baeza.
La tensión subió en esos días y la alcaldesa decidió cambiar de teniente de alcalde y depositar su confianza en otra persona ajena al Partido Popular. El único concejal de la oposición, de Santervás Decide, pero que sí vive en el pueblo, pasó a ser el teniente alcalde. Esta decisión es una de las que esgrime el PP para expulsar a la alcaldesa, que está barajando recurrir esta decisión de Conrado Íscar. “Desapareció patrimonio municipal y yo lo denuncié. Y me dijeron que me callara y me metiera en mis asuntos. Es incomprensible que el PP me expulse a mí. ¿Cumplir la Ley y preservar el patrimonio va en contra del PP?”, se pregunta la regidora, que se siente “desprotegida y ninguneada”. “El silencio perpetúa la injusticia y la verdadera democracia florece cuando alzamos nuestras voces y defendemos el derecho a ser escuchados”, concluye.
Dos intentos de mociones de censura
Según las fuentes consultadas por este diario, los concejales del PP ya había intentado orquestar una moción de censura antes de este incidente, que ha provocado la expulsión de la alcaldesa del Partido Popular. Ahora, los concejales del PP han vuelto a intentar presentar una moción de censura, según fuentes del Partido Popular, algo que la propia formación dice desconocer.
Hace ya un tiempo que las tensiones en el grupo municipal eran conocidas en el pueblo. Una vecina asegura que el exalcalde colocó a la actual regidora, con la que había trabajado desde hacía dos mandatos, con la esperanza de manejarla desde fuera. Y que en el momento en que la alcaldesa empezó a tomar sus propias decisiones, empezaron a faltarle al respeto y a generar problemas. “Le están jodiendo la vida”, asegura otro vecino consultado para este reportaje.
A preguntas de este medio, el PP que preside Conrado Íscar asegura que la situación era “insostenible e ingobernable” y acusa a la alcaldesa de “no dejar funcionar al grupo”, por lo que se ha procedido a expulsarla. Según el PP, se ha “iniciado el trámite”. Sin embargo, la carta que ha rubricado Íscar no habla de ese inicio, sino que se le comunica su “expulsión” del Grupo Municipal porque el PP cree que ha ido contra la “disciplina política” bajo las siglas de la formación.
La alcaldesa, según fuentes del PP, ha enviado un escrito a varios alcaldes de la zona en el que lamenta que nadie del partido se ha puesto en contacto con ella para abordar esta situación y que no ha podido tener una oportunidad para defenderse de las acusaciones.