Construir la ‘Europa fortaleza’ para dificultar todo lo posible que las personas migrantes pisen suelo europeo se ha convertido en una de las obsesiones de los dirigentes de la UE a medida que ha crecido la ultraderecha y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha cogido el guante endureciendo al máximo las posiciones migratorias del gobierno comunitario. La alemana ignora las denuncias de vulneraciones de derechos humanos perpetradas contra las personas migrantes por autoridades de terceros países a los que la UE paga para que evite que lleguen al Viejo Continente.