Mazón dispara en la cara a Feijóo y Génova dice que todo bien

Mazón abraza el discurso xenófobo de Vox para garantizar su permanencia en el poder y el PP se ve obligado a tragar con todo a pesar del giro del valenciano y de sus críticas a Bruselas por el Pacto Verde

El regalo envenenado de Vox a Mazón: mantenerlo para quemar la marca PP

El PP se mantenía impávido ante la presión de los medios de comunicación. No hay nada nuevo en la Comunidad Valenciana. No pasa nada. No hay previsto tomar ninguna decisión inmediata sobre el futuro de Carlos Mazón. En privado y a través de fuentes anónimas, proliferaban los mensajes duros y los avisos tajantes a Mazón. El presidente valenciano había acabado con la paciencia de su líder y de la dirección nacional. Estás a un solo error de irte a casa con una patada en el culo. Céntrate en la reconstrucción de Valencia y no sigas recordando lo que pasó el 29 de octubre.

El PP aparentó dar una imagen de dureza cuando decidió que ni siquiera la reconstrucción podía salvar a Mazón. Era más importante lo que saliera de la investigación judicial. “Ya no le quedan balas”, decía una de esas frases amenazantes, en este caso en El Mundo.

Resulta que sí le quedaba una y de gran calibre: un principio de acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos autonómicos y casi garantizar que podrá completar la legislatura. Lo presentó el lunes con una declaración en público en la que no admitió preguntas. No podía permitirse el lujo de aceptar las cuestiones que le plantearían los periodistas. Le iban a recordar o reprochar que había entregado a Vox todo lo que quería en esos temas tan sensibles que en su momento provocaron que el partido de Santiago Abascal abandonara los gobiernos autonómicos de coalición con el PP.

Por trece votos, el PP valenciano se ha puesto en manos de Vox y ha suscrito sus ideas sobre inmigración y el Pacto Verde Europeo. Resulta gracioso, ya que el PP lleva toda esta legislatura denunciando que Pedro Sánchez concedió todo a Junts por sus siete votos en el Congreso. Eso dio lugar a frases grandilocuentes como esta de Alberto Núñez Feijóo: “Me siento muy orgulloso de no haberme vendido nunca por siete votos”. Según esta terminología, Mazón se ha vendido por trece. Para el presidente valenciano, es un negocio redondo, así que también estará orgulloso. 

Una vez más, a Génova no le ha quedado más remedio que tragar. El PP sabía que Mazón llevaba semanas negociando los presupuestos con Vox con su mejor disposición hacia las peticiones de la extrema derecha. Los de Abascal también estaban muy comprensivos. Les viene mucho mejor un Mazón débil y cuestionado en la presidencia que otro dirigente del PP que pueda decir que él no tuvo nada que ver con la DANA de octubre.

Al presentar el acuerdo, aún no finalizado, Mazón colmó las aspiraciones de sus aliados. “Coincidimos con Vox, que ha manifestado su rechazo a la política migratoria del Gobierno central en todo momento”, dijo. Eso es una opinión, pero es que además tomó una decisión solicitada de forma insistente por Vox en todas las comunidades autonómas. El president anunció que su región “no admitirá más repartos de la inmigración ilegal”. Se refería a los menores no acompañados, de los que tenía que decir algo más. Afirmó que buscarán las “fórmulas legales” que permitan que esos menores regresen a sus países. Más allá de que esto último es una ficción, todas esas palabras debían de sonar como una canción de amor para Abascal.

En lo que sólo se puede definir como una forma de arrastrarse ante las exigencias de la extrema derecha, llegó hasta el punto de reclamar al Gobierno que “haga público el número total de personas detenidas por pillaje” durante la emergencia de la DANA. No le vale con eso. Quiere además que se conozca la nacionalidad de las “personas condenadas” con la aspiración de que los inmigrantes sean estigmatizados por la conducta de algunos de ellos. París –Valencia en este caso– bien vale un mensaje de intención racista.

No era suficiente con el arrebato xenófobo. Mazón tenía otro regalo. Renegar del Pacto Verde Europeo que aprobó la Comisión Europea y denunciar los “postulados climáticos más extremistas” a los que relacionó con los estragos causados por la DANA. Incluso se refirió a “la destrucción de embalses”, un bulo extendido por Vox en la Comunidad Valenciana. Si la declaración llega a durar más tiempo, Mazón acaba pidiendo el carné del partido ultraderechista. En términos de europeísmo, o falta de él, nunca se había escuchado a un dirigente del PP cargar de esta manera contra un proyecto esencial para la UE.


Ninot de Mazón en Valencia vestido del personaje de ‘¿Dónde está Wally?’ y sentado en una mesa de El Ventorro.

A Borja Sémper le tocó dar la cara como portavoz del partido. Un buen marrón por el que podría pedir un aumento de sueldo. “Estábamos informados y estamos de acuerdo”, dijo. Le echó aún más osadía y dio su bendición: “Se hace (el pacto) sin renunciar a ninguno de los acuerdos que ha apoyado el PP históricamente”. Feijóo presumió muy ufano en julio de 2024 de que Vox había roto el pacto autonómico con el PP, porque había cosas que su partido no podía aceptar por una cuestión de principios. Ahora resulta que un acuerdo sobre inmigración que colma las aspiraciones de Vox es algo que el PP siempre ha apoyado. “Históricamente”.

No fue el único salto mortal que tuvo que dar Sémper. Fue más espectacular verle hablar sobre el Pacto Verde Europeo, que apoyaron conservadores, socialdemócratas, liberales y verdes en la anterior legislatura en Bruselas. Ahora el PP Europeo está intentando diluir y retrasar muchos de sus elementos, pero sigue en vigor. Sémper dijo que citaba a Feijóo al afirmar que el PP apuesta por “reducir la burocracia y la hiperregulación”. Traía preparada la frase: “Defendemos la transición ecológica. La dictadura activista en ningún caso”.

Otra frase que puede causar un orgasmo político a Abascal por ser una idea que él ha repetido en varias ocasiones.

Mazón tiene lo que quería y pone aún más difícil las maniobras que pueda tener previstas el PP si la investigación judicial de la jueza de Catarroja se acerca más a la figura del president. En la calle, las cosas no han cambiado. Mazón no se atreve a aparecer en el balcón del Ayuntamiento de Valencia durante las Fallas. Se puede imaginar la pitada que le caería. Este lunes, recibió en el Palau de la Generalitat a representantes de las comisiones falleras.

Muy listo. Parapetado en el interior del Palau, no le pueden silbar. Ahora además cuenta con un grupo de guardaespaldas formado por dirigentes de Vox. Sigue oliendo a muerto, pero no ha perdido la capacidad de hacer sudar a su partido.