La ONG Coliseo asegura que otra entidad debía recogerlos en el aeropuerto, pero »nadie se presentó». El Gobierno de Canarias justifica que cuando los migrantes cumplen los 18 años ya no están bajo su tutela
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»Estamos preocupados porque dentro de dos semanas no tendremos a dónde ir». Lamin y Omar llegaron la semana pasada a Barcelona sin certezas sobre su futuro. Los dos llegaron a Canarias en cayuco siendo menores de edad. Este año, al cumplir los 18, han tenido que abandonar el centro de acogida en el que llevaban más de un año viviendo. La ONG Coliseo, que los atendía en Tenerife, les pagó un vuelo a Catalunya. En el aeropuerto, tal y como ha explicado la entidad a este periódico, responsables de otra organización recibirían a los dos jóvenes gambianos para ofrecerles una alternativa habitacional. Sin embargo, nadie apareció.
La educadora que los acompañó, antes de subirse en otro avión de regreso a Canarias, les pagó un billete de metro a cada uno y les pasó la dirección de la Parroquia de Santa Ana, en Barcelona. Tocaron a la puerta y, gracias a una trabajadora social, podrán pasar las próximas 15 noches en un albergue municipal. Canarias Ahora ha hablado con Lamin y Omar. Al otro lado del teléfono, aseguran que quieren regresar a Tenerife. »Tenemos mejores oportunidades allí para trabajar. En Barcelona no tenemos familia y no conocemos a nadie», dicen.
»Nos hemos movido muchísimo para encontrarles algo», dice Ana, trabajadora social que colabora con la Parroquia de Santa Ana. »El día que vinieron no tenían absolutamente nada y estaban en la calle», añade. Gracias a la intervención de la Parroquia, Lamin y Omar podrán beneficiarse en las próximas dos semanas del programa Operación Frío. Esta campaña, impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona, se activa cada año entre diciembre y marzo ante la bajada de las temperaturas para que las personas sin hogar puedan tener un espacio en el que refugiarse.
La colaboración del Ayuntamiento ha permitido a la Parroquia »ganar tiempo» para buscar una solución. »Tenemos 15 días, pero luego no sabemos qué pasará», asevera la trabajadora social. La profesional indica que, aunque cada semana reciben a cerca de 30 personas que vienen incluso de otros puntos del país, es la primera vez que llegan »desde recursos de una institución pública». »El centro de menores no contactó con nosotros», asegura.
»Nadie se presentó»
»Yo no sé dónde ha estado el error, lo que sí sé es que nosotros creíamos que les habíamos buscado un recurso y nadie se presentó», subraya Pedro García, coordinador de los Dispositivos de Emergencia de Menores No Acompañados de la ONG Coliseo. El responsable de la entidad explica que seis meses antes de que los menores cumplan la mayoría de edad, la entidad empieza a buscarles recursos como pisos para ex tutelados o familiares en la Península con los que puedan vivir. »Otros consiguen trabajo y ahorros y logran alquilar una habitación o un piso», apunta.
En declaraciones concedidas a Canarias Ahora, García explica que les pagaron un vuelo al aeropuerto de Barcelona, donde otra ONG los recogería, los trasladaría a la Parroquia de Santa Ana y, de allí, a otro recurso. »En la Parroquia tampoco los esperaba nadie», señala el coordinador. »Da la impresión de que nosotros hemos dejado tirados a los chicos y no es así. Parece que estamos fletando aviones para enviar a chicos para allá, cuando la mayoría se queda en Tenerife», apunta.
Preguntado por si es habitual trasladar a los jóvenes a la Península cuando cumplen la mayoría de edad, García explica que hay muchos menores que tienen familia en Madrid y Barcelona. »Nosotros no tenemos ninguna responsabilidad sobre ellos, pero conocemos la situación en la que viven y la desesperanza, por eso los asesoramos y ayudamos. Si nosotros podemos facilitar que vayan con su familia, lo hacemos. La escasez de recursos para menores ex tutelados es brutal, por eso tiramos de familiares», responde el coordinador.
»No fuimos nosotros quienes no fuimos a buscar a los chicos al aeropuerto ni a la Parroquia de Santa Ana. Eso estaba atado y ha surgido lo que ha surgido», subraya. Desde el Gobierno de Canarias, responsable de los menores que llegan a Canarias sin referentes familiares, aseguran que no tenían conocimiento del traslado de estos dos jóvenes a la Península. »Una vez que son mayores de edad, no están bajo la tutela del Gobierno de Canarias», afirman.
Tramitar la documentación de los menores
El responsable de Coliseo insiste en que no es cierto que los jóvenes llegaran a Barcelona »indocumentados». Tal y como ha confirmado esta redacción, tanto Lamin como Omar viajaron con su pasaporte en vigor. Tramitar la documentación de los menores antes de que salgan de la red de protección es clave. »Cuando son pequeños hay bastante tiempo para tramitar el pasaporte e insistir. El problema es cuando tienen 17 años», cuenta García. En otros casos, los menores son huérfanos y no tienen familiares a quienes solicitar la documentación necesaria.
En estos casos, se pide la cédula de inscripción a la Policía Nacional o se pide recurre al mecanismo de solicitud de la residencia como menores ex tutelados una vez salen del centro. Según el coordinador de Coliseo, los consulados »funcionan muy bien». El problema está en la solicitud de las citas. »Suele haber escasez e insistimos con mucha antelación para conseguirlas. Estamos pidiendo citas para agosto o septiembre. Se hace un esfuerzo muy importante para que los chicos salgan documentados de los centros», asegura.
Coliseo es una de las entidades que recibe más fondos del gobierno canario para la atención de los menores migrantes. Entre 2020 y 2021, el Ejecutivo regional gastó 43,82 millones de euros en el mantenimiento de los dispositivos para menores, un total de 45. Esa cantidad fue repartida entre seis ONG, pero solo dos se llevaron más de la mitad (58,51%) del dinero: las asociaciones Quorum Social 77 y Coliseo.
Volver a Tenerife
Aunque los dos vivían en la localidad de Gunjur, en Gambia, no se conocían. Ambos sobrevivieron a la ruta migratoria hacia Canarias en 2023 y llegaron al muelle de Los Cristianos. Omar lo hizo en octubre y Lamin, un mes después. Omar tuvo que dejar la escuela de pequeño, cuando su padre murió. »Pagarlo era muy complicado», reconoce. A partir de ahí, comenzó a trabajar con su madre en la agricultura.
El padre de Lamin también falleció hace nueve años. Él es el mayor de sus hermanos y, aunque siempre ha ayudado a su madre en »trabajos de jardinería», ahora quiere sacar a su familia adelante encontrando un trabajo en España. Los dos recibieron formación en Tenerife de la mano de la ONG Cesal. »Me he formado en mantenimiento y logística en un hotel de Puerto de la Cruz», apunta Lamin. Por su parte, Omar ha recibido formación como ayudante de cocina. »Nos hemos formado allí y hemos hecho todo allí. Ahora esperamos buenas noticias y poder encontrar un piso en el que vivir en Tenerife».