Polonia y los países bálticos planean retirarse del tratado que prohíbe las minas antipersona

Los ministros de Defensa de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia, países que hacen frontera con Rusia, anuncian que han tomado «unánimente» la decisión de recomendar la salida de la convención porque la situación de seguridad en la región «se ha deteriorado significativamente»

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Polonia y los países bálticos –Lituania, Letonia y Estonia– han anunciado su intención de retirarse de la convención de Ottawa que prohíbe las minas antipersona, según han anunciado los cuatro países, que hacen frontera con territorio ruso.

“Con esta decisión enviamos un mensaje claro: nuestros países están preparados y pueden utilizar todas las medidas necesarias para defender nuestras necesidades de seguridad”, dicen los ministros de Defensa de los países en un comunicado conjunto, en el que explican que han tomado “unánimente” la decisión de recomendar la retirada argumentando que la situación de seguridad en la región “se ha deteriorado significativamente” desde la ratificación del tratado.

Denominado formalmente ‘convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción’, el tratado se abrió a la firma en 1997 y entró en vigor en marzo de 1999 como parte de la respuesta internacional al sufrimiento que producen estas armas, que no distinguen entre personas civiles y combatientes.

El Comité Internacional de la Cruz Roja denuncia que las minas antipersona siguen causando amputaciones y muertes incluso después de terminados los conflictos armados, y por lo general son los civiles los que sufren sus consecuencias.

El tratado ha sido ratificado por más de 160 naciones. Algunos de los principales productores y usuarios actuales y pasados de minas como Estados Unidos y Rusia no lo han firmado.

Abandonar el tratado permitirá a Polonia y a los tres países bálticos, naciones que forman parte de la Unión Europea, volver a almacenar minas terrestres.

En su comunicado, los ministerios señalan que las “amenazas militares a los Estados miembros de la OTAN fronterizos con Rusia y Bielorrusia han aumentado significativamente”. “A la luz de este inestable entorno de seguridad marcado por la agresión de Rusia y su continua amenaza a la comunidad euroatlántica, es esencial evaluar todas las medidas para reforzar nuestras capacidades de disuasión y defensa”.

“Creemos que en el actual entorno de seguridad es primordial proporcionar a nuestras fuerzas de defensa flexibilidad y libertad de elección para utilizar potencialmente nuevos sistemas y soluciones de armamento que refuercen la defensa del vulnerable flanco oriental de la Alianza”, reza la declaración.

“A pesar de nuestra retirada, seguiremos comprometidos con el derecho internacional humanitario, incluida la protección de los civiles durante un conflicto armado. Nuestras naciones seguirán defendiendo estos principios mientras atienden nuestras necesidades de seguridad”, concluyen.