Plátanos verdes o maduros, ¿cómo es mejor consumirlos?

Los plátanos, en función de su grado de madurez, tienen un sabor y una composición nutricional ligeramente distinta. ¿Son unos más saludables que otros?

Carbohidratos: ni tan malos ni tan buenos (ni todos engordan)

El plátano es un alimento repleto de nutrientes beneficiosos: son una buena fuente de vitaminas y minerales, como la C y la B6, aportan energía rápida gracias a su concentración de hidratos de carbono y son ricos en potasio y magnesio. Sin embargo, esta fruta cambia de sabor y apariencia a medida que va madurando.

Debemos recordar que el plátano es una fruta climatérica, es decir, que continúa con el proceso de maduración una vez se ha cortado de la planta. Esto es posible gracias a la acción del gas etileno, una especie de hormona de la maduración que es la que hace que algunas frutas sigan madurando de forma natural después de la cosecha. Por tanto, el plátano se puede consumir en diferentes niveles de maduración. 

¿Modifican también estos niveles su composición nutricional?, ¿pierden parte de su contenido de fibra a medida que pasan de verdes a más amarillos con manchas negras?

En realidad, más que perder nutrientes lo que sucede es que se producen cambios. ¿Hay una opción mejor que la otra? Ni una opción la podemos considerar como la superfruta ni la otra como una opción y alternativa peor.

Cada una tiene sus propias particularidades y propiedades: hay quienes prefieren la firmeza y el sabor ácido de un plátano ligeramente verde y otros en cambio valoran más la cremosidad y el sabor dulce de un plátano más maduro. Ambos son saludables y seguros, sea cual sea la etapa de desarrollo en la que se encuentren, y ofrecen perfiles nutricionales únicos. ¿Cuáles son estas diferencias en términos de valor nutricional?

Plátano verde, mayor concentración de almidón

Entre las diferencias más evidentes, que son esas que podemos ver y saborear, la primera es evidente: los plátanos más verdes son firmes y poseen un sabor ligeramente ácido. Por tanto, esto hace que suelan ser menos dulces que los más maduros y que tengan un sabor ligeramente amargo, con una textura más firme y cerosa. 

En este punto, cuando el plátano aún no ha madurado del todo, el hidrato de carbono que abunda más es el almidón, un tipo de carbohidrato complejo que nuestro organismo digiere de forma más lenta, lo que nos es de gran ayuda para nuestra salud digestiva. Se calcula que aproximadamente entre el 70% y el 80% de un plátano verde está compuesto de almidón. Y esta es una de sus principales características más destacadas. Al no descomponerse ni absorberse fácilmente, puede actuar como un prebiótico, alimentando las bacterias beneficiosas del intestino.

Además, los plátanos verdes tienen un índice glucémico más bajo en comparación con su versión más madura, lo que significa que es menos probable que provoque picos en los niveles en sangre.

En términos de saciedad, los plátanos verdes pueden ofrecer un beneficio adicional, ya que su contenido en almidón resistente puede aumentar la sensación de sentirnos llenos más pronto, contribuyendo así a una ingesta más controlada. 

Un plátano un poco verde también contiene vitaminas y minerales esenciales, es una fuente fantástica de potasio, un mineral clave para mantener la función del corazón y los músculos, y también posee vitamina C, que nos ayuda a reforzar el sistema inmunológico. Además, también puede tener un poco más de fibra beneficiosa para el intestino que uno que esté completamente maduro.

Plátano maduro, mayor concentración de azúcares

Una de las principales ventajas de los plátanos maduros es su alto contenido de potasio, un mineral esencial que, como hemos visto, desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la presión arterial, la función cardíaca y la regulación del equilibrio de líquidos en el cuerpo.

Un plátano maduro, además, es también una buena fuente de fibra dietética, que nos puede ayudar en el proceso de la digestión y a sentirnos saciados.

Sin embargo, y a diferencia del plátano verde, a medida que va madurando, el almidón se convierte en monosacárido y disacárido como la glucosa, la fructosa y la sacarosa, por tanto, el plátano maduro contiene más azúcar. Debemos tener en cuenta aquí que su sabor dulce más pronunciado no cambia la cantidad de carbohidratos que contiene, lo que cambia es la velocidad con la que el azúcar será absorbido por la sangre.

Esta particularidad es la que hace que el plátano sea una fruta suave y bastante digerible siempre que esté maduro. Además, al ser una importante fuente de hidratos de carbono de absorción rápida y de potasio, es una muy buena opción para aquellas personas que practican algún deporte y que necesitan reponer de forma rápida estos nutrientes.

En definitiva, la elección entre comer un plátano verde o maduro depende las preferencias de gusto de cada uno y de las necesidades nutricionales específicas. Ambas formas, tanto si optamos por la mayor dulzura y facilidad de digestión de los maduros como por los beneficios para la salud intestinal de los verdes, son una opción saludable y nutritiva.

Cómo podemos conservar los plátanos en casa

Es posible que, tras hacer la compra, nos hayamos percatado de que hemos cogido los plátanos demasiado verdes y es posible que los prefiramos más maduros. ¿Podemos acelerar su proceso de maduración en casa? Sí es posible intervenir un poco en este proceso, bien guardándolos junto con el resto de los plátanos a temperatura ambiente o al lado de otras frutas climatéricas, como las manzanas, que nos ayudará a acelerar su proceso de maduración gracias al etileno que desprenden.

¿Y si, por el contrario, el plátano ya está muy maduro? ¿Cómo podemos conservarlo en casa? En este caso, la mejor opción es elegir un lugar fresco y oscuro, y deberemos tener cuidado con el frío de la nevera, ya que el plátano, igual que otras frutas tropicales, es más sensible a temperaturas bajas y podemos comprometer su estructura y sabor. La temperatura ideal de conservación del plátano se sitúa entre los 10 °C y los 15 °C. A mayor temperatura, más rápido es el proceso de maduración. Las manchas negras que le aparecen son una señal de que están más maduros y son más dulces.

No es recomendable, en cambio, en ningún caso, guardarlos en bolsas de plástico, ya que esto atrapa el exceso de humedad, lo que favorece que se pudran más rápidamente.