Cualquier persona interesada en saber cuál será el papel de España en la defensa de Europa y hasta qué punto habrá que aumentar el gasto militar tendría motivos para haberse puesto delante de la televisión o el ordenador y presenciar en el Congreso. No era necesario que tuviera a mano un mapa de Europa e ir marcando los puntos de despliegue de las tropas españolas y montarse su Risk particular. Seguro que hubiera acabado la sesión mirando al techo y preguntándose cómo es posible que al final supiera lo mismo que al principio. Es decir, no mucho.