En vísperas de la entrada en vigor de los aranceles prometidos por Donald Trump, en las calles de Washington se pueden ver marquesinas pagadas por Canadá con la frase: “Los aranceles son impuestos sobre la clase trabajadora estadounidense”. A pesar del duro impacto que se prevé que tendrán las tasas en el bolsillo de los estadounidenses —algo que el propio Trump ha llegado a reconocer como una pequeña “turbulencia”—, el republicano ha anunciado a bombo y platillo la entrada en vigor de los gravámenes este miércoles 2 de abril, como el “Liberation Day”. Si cumple con la promesa de imponer tasas contra la larga lista de países mencionados, la actual guerra comercial entrará en un nuevo estadio sin precedentes y con consecuencias inimaginables.