Alfredo Espinosa, consejero de Sanidad en el primer Gobierno autonómico de Euzkadi, escribió cuatro cartas horas antes de ser fusilado por el franquismo: una a su mujer y sus dos hijos, otra a su madre, una tercera a su correligionario Carlos Labra y una última al lehendakari, José Antonio de Aguirre, que decía así: “Excelentísimo señor presidente del Gobierno provisional, señor don José Antonio Aguirre, mi querido amigo, me dirijo a ti en nombre de todo el Gobierno, momentos antes de ser ejecutado en la prisión de Vitoria. Como sabrás, caímos prisioneros en la playa de Zarautz por avería del avión o traición del piloto Yanguas. He sido juzgado y condenado a muerte, y hoy, dentro de dos horas, será cumplida la sentencia. Como ves, tengo firme el pulso y no me asusta la muerte, pero he pasado unos días tremendamente amargos, en espera de ser ejecutado con la terrible inquietud de esperar el minuto en que había de morir”.